Al elaborar una guía de turismo rural se preguntaba a los propietarios, entre otros datos, por las actividades que organizaban para los alojados. Uno de ellos contestó que ninguna, que las orgías se las montaban por su cuenta. Resulta evidente que estaba bromeando, o por lo menos exageraba.

La mayorista de turismo rural y de naturaleza, Factor Ocio, lleva varios meses realizando un estudio de mercado entre sus usuarios con el objetivo de averiguar las características más valoradas sobre los alojamientos rurales.

Algunos de los datos obtenidos fueron los esperados, como la valoración de la limpieza y el buen trato, pero hubo uno que resultó curioso: la alta y reiterada puntuación que los clientes le han dado a la insonorización de las habitaciones de las casas rurales, como una de sus características más importantes.

Los clientes justificaron esa importancia, aludiendo directamente a las relaciones sexuales, poniendo de manifiesto que el turismo rural, cuando se viaja en pareja, tiene una alta connotación sexual. Un entorno nuevo, la tranquilidad, la naturaleza y cierta dosis de aventura inducen al sexo.

Los datos resultantes del estudio concluyen que un 40% de los viajeros de turismo rural, son parejas en busca de un fin de semana romántico e íntimo en un entorno natural.

Porque un acogedor hotelito rural con encanto, perdido en mitad de un entorno de plena naturaleza y tranquilidad, crea una atmósfera perfecta para romper rutinas y reiniciar lo que la vida diaria se empeña en entorpecer.

Aunque al final queda una pregunta en el aire: si las casas rurales inducen al sexo, ¿qué pasa realmente en los hoteles de carretera?