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Sidi Larbi Cherkaoui mueve las arenas flamencas de María Pagés

EFE

Son los dos coreógrafos más originales y creativos de Europa, y así lo han demostrado esta noche en la Bienal de Flamenco de Sevilla. La sevillana María Pagés y el belga Sidi Larbi Cherkaoui han movido con soltura las arenas del flamenco y la danza contemporánea en 'Dunas', su primer proyecto común.

El público no se ha cuestionado si estaba asistiendo a un espectáculo de baile flamenco o de danza contemporánea y ha aplaudido largamente, en pie y con palmas a compás, el bello poema visual, la catarata de imágenes y sonidos que es 'Dunas', y en donde cada uno de los coreógrafos se muestra tal cual es, sin renunciar a sus principios básicos.

De este modo, María Pagés ha emocionado al público en el baile por tonás y tarantos. Ha elevado sus brazos al cielo en la soleá y los tientos y ha sacado unas castañuelas para cimbrearse en una seguiriya, en un ambiente contemporáneo y una estética muy alejada del flamenco tradicional.

Cada creador ha encontrado su espacio en el escenario en el que desarrollar su concepto dancístico y expresarse con naturalidad, sin chocar el uno con el otro. Es más, María Pagés ha llevado a Sidi Larbi Cherkaoui a su terreno flamenco en más de una ocasión, y el belga, de enorme versatilidad, ha marcado los compases flamencos con las palmas, en el zapateado, e incluso de rodillas.

Las dunas, evocadas con grandes sábanas en las que los creadores se han envuelto una y otra vez creando imágenes sorprendentes, han sido un símbolo constante de paisaje vivo y cambiante. Esta escenografía textil ha servido, en otros momentos, de pantalla en la que los creadores se reflejaban, y cuyas sombras se movían por triplicado.

Igualmente cambiante y sorprendente ha sido la selección musical, interpretada por completo en directo, y donde, además de los palos tradicionales flamencos, han destacado canciones populares en árabe y hebreo y composiciones medievales en latín.

Entre las imágenes para el recuerdo que ha dejado este espectáculo al público sevillano destaca el momento en el que Sidi Larbi Cherkaoui dibuja con arena sobre una pantalla que se proyecta en uno de los grandes telones, mientras María Pagés baila las figuras esbozadas. O cuando el belga se sitúa delante de dos focos que desdoblan su figura en una pantalla y convierte su solo de danza en un diálogo entre dos sombras masculinas.

Se ha tratado, en definitiva, de una aventura coreográfica que trasciende los estilos y que, a pesar de no ser estrictamente flamenca, su elegancia y su factura impecable ha conquistado al público de la Bienal, que ha despedido a los creadores con una larga ovación.

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