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'Spanish Movie': la farsa del cine español

Los autores del filme más esperado de la temporada nos desvelan los entresijos creativos de una parodia enloquecida que, apelando al espíritu de 'Aterriza como puedas', pone patas arriba hitos del celuloide patrio como 'Los

CARLOS PRIETO

Quien siembra vientos recoge tempestades. En los años setenta, Hollywood se entregó al cine de catástrofes: edificios ardiendo (El coloso en llamas), barcos a la deriva (La aventura del Poseidón), aviones cayendo en picado (Aeropuerto 75)... Todo era poco para reflejar el pesimismo de una época marcada por el maquiavelismo nixoniano y la resaca del hippismo.

Las tramas de estos filmes eran tan exageradas y estaban tan repletas de situaciones y personajes arquetípicos, que sólo era cuestión de tiempo que alguien se percatara de su potencial cómico. Aterriza como puedas (ZAZ, 1980) dio el pistoletazo de salida al subgénero de las spoof movies, obras que satirizaban sin escrúpulos los géneros en boga.

Pues bien, este viernes, justo cuando el cine español parece estar pidiendo a gritos ser caricaturizado -la trifulca por la orden que desarrolla la Ley del Cine ha convertido a la industria en una aeronave en llamas en la que el comandante ha perdido el control y la tripulación se tira los trastos a la cabeza en pleno frenesí- llega a nuestras pantallas Spanish movie, una spoof que se pitorrea de los últimos éxitos del celuloide patrio.

El secreto está en reírse de todo el mundo

'Cuando me llamaron para explicarme el proyecto pensé: Madre mía, una spoof hecha en España, échate a temblar', cuenta el actor Carlos Areces, rostro habitual de los programas de humor absurdo La hora chanante y Muchachada Nui. 'Pero se me quitaron todas las dudas de golpe cuando me dijeron que querían que interpretara a Javier Bardem haciendo de Ramón Sampedro en Mar adentro. Me pareció tan políticamente incorrecto que pensé que aquello podría tener gracia', explica.

En efecto, los creadores de Spanish movie no han dudado a la hora de hacer las cosquillas a las obras que más en serio se han tomado los críticos y los espectadores en los últimos años. 'No podía evitar imaginarme una parodia cada vez que veía algunos de los taquillazos del cine español reciente. Sobre todo porque combinaban escenas inolvidables (o reconocibles a primera vista) con otras algo ridículas', cuenta Javier Ruiz Caldera, que debuta en la dirección con Spanish movie. 'No voy a decir que me gusten todos estos filmes, pero sí que no creo que sean una mierda: si fueran muy malas serían imparodiables'.

Preguntando sobre si después de Spanish movie los espectadores podrán volver a ver con los mismos ojos (léase sin partirse de risa) títulos como los dinamitados en el filme, Areces prefiere responder dando la vuelta a la pregunta. 'Sé que hay gente que le tiene muchas ganas a Amenábar. Incluso existen personas que creen que sus películas son comedias involuntarias. Pero yo lloré a moco tendido viendo Mar adentro'.

La trama es tan crucial como los gags

Según el prestigioso American Films Institute, Aterriza como puedas es la décima mejor comedia de la historia del cine estadounidense, por delante de hitos como Una noche en la ópera (San Wood, 1935) o La fiera de mi niña (Howard Hawks, 1938). ¿Cómo es posible que un filme tan disparatado pueda competir con los clásicos? Quizás porque sus directores fueron capaces de que el aluvión delirante de gags no se llevara la historia por delante.

Caldera también lo tiene claro: la trama era tan importante como los gags. 'No quería limitarme a rodar sketches. El espectador necesita una historia que le lleve de la mano para no caer agotado a los 20 minutos. Discutimos más sobre la fuerza de la trama -una chica que llega a trabajar a una mansión- que sobre los gags. Potenciando la historia conseguíamos que los sketches no se sostuvieran sólo sobre el reconocimiento del filme

parodiado'.

Ponerse serio para provocar carcajadas

Una de las principales diferencias entre el humor televisivo británico y el español, al menos hasta que desembarcaron en nuestras pantallas Areces y el resto de actores de Muchachada Nui, es que los cómicos ingleses son maestros en el arte de contar algo divertido con cara de funeral, mientras que aquí son más dados a recurrir al histrionismo, el alarido o el travestismo. Como si no fueran capaces de hacer reír sin recurrir al gesto espasmódico .

Caldera sabía que el guión que tenía entre manos -escrito por Paco Cabezas y Eneko Lizarraga- era tan disparatado que el único modo de poder recitarlo con gracia era desde el realismo más estricto. 'Les dije a los actores que tenían que actuar como si estuvieran rodando una película seria. El contraste con las situaciones absurdas generaría la comicidad. Se trataba de bajar el nivel de histrionismo hasta igualarlo con cierta naturalidad. Con realismo, como si estuvieran participando en el rodaje original de la película parodiada', cuenta.

Este método se aplicó a rajatabla con la protagonista y gran revelación cómica del filme, la actriz Alexandra Jiménez, que encarna a un replica de la Penélope Cruz que vimos en Volver. 'Tenía que aparentar normalidad pese a que le tocaba bailar con la más fea: entrar en una casa en la que todos los personajes son ferias desbocadas', dice el director.

En efecto, Alexandra Jiménez se pasea por una casa de los horrores del cine español donde hay sitio para una perturbada que no puede soportar la luz del sol, una niña con impulsos sádicos irresistibles y un fauno con tics nerviosos. Y logra no reírse. Ahora es el espectador el que tiene que entrar en la casa y decidir si se parte de risa o no. Hagan sus apuestas.

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