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'Supermanolo', la nueva bestia del cine español

El lanzador de peso interpretará a Goliat en la adaptación de El capitán Trueno

SARA BRITO

El próximo Goliat tiene el tendón de Aquiles hecho papilla. Vaya contradicción de mitos. Manuel Martínez se ríe a carcajadas, mientras camina, ayudado de muletas, de la Residencia Blume del Consejo Superior de Deportes de Madrid a la vecina Facultad de Bellas Artes de la Complutense. 'El deporte no está tan lejos del arte como parece', asegura, y para que no quepa duda se despacha con cada uno de los palos que ha tocado en los últimos años: poeta, escultor, artista multimedia... 'En cuanto empezaba a ponerse serio lo dejaba, bastante tenía con ser deportista profesional', aclara.

Algo que no le ha pasado con su recién estrenada carrera de actor. El lanzador de peso más célebre del deporte español debutó en un set de rodaje hace un año, cuando se echó sobre sus anchas espaldas un papel de difícil confección: Bruno, el absoluto protagonista del drama metafísico Estigmas, la adaptación que realizó Adán Aliaga del cómic de Lorenzo Mattotti.

'El deportista y el actor tienen que aprovechar la adrenalina'

A espera de que la película llegue a las salas, después de haberse estrenado en Internet, acaba de decir sí a su segundo papel cinematográfico. Martínez será Goliat, el tragaldabas amigo y cómplice del Capitán Trueno en la adaptación de la historieta dibujada por Ambrós que dirigirá Daniel Calparsoro.

Supermanolo ha hecho pleno: dos películas y dos personajes salidos de las viñetas. 'Estoy encantado porque soy muy aficionado a los cómics, en casa tengo colecciones de manga, de Moebius, de Asterix. El Capitán Trueno era más de mis hermanos, siempre había ejemplares en casa pero yo nunca me aficioné', reconoce.

De cualquier forma, Martínez deberá aprender a montar a caballo, usar con destreza el 'toma-toma' el arma estrella de Goliat y marcarse unas cuantas coreografías de lucha a partir del próximo mes de abril. 'La acción es trepidante desde el minuto uno. Va a ser un rodaje muy cansado. Ya fue duro en Estigmas y eso que casi no me movía', dice entre risas.

'Me conformo siendo la mitad de bueno que Bud Spencer'

Tiene guasa que un plusmarquista de 140 kilos de peso diga que el cine cansa. Pero Martínez sabe que la clave está en echarle disciplina a derroche. 'Un rodaje y una competición se parecen porque son dos situaciones de estrés máximo en que la adrenalina está corriendo por las venas a tope', explica. 'El deportista, como el actor, tiene que aprovechar esa sensación de excitación', indica.

Para Martínez, que se confiesa fan de Quentin Tarantino, del cine hongkonés de acción y del nuevo cine coreano, lo mejor de ser actor es 'poder vivir otras vidas'. Por sus características físicas sabe que los personajes que le caerán serán 'mayormente secundarios. No me importa en absoluto', admite. 'Creo que ya he tenido bastante suerte empezando con un protagonista y, luego, con este pedazo de secundario'. Por él como si se pasa la vida ' haciendo películas de serie B. Me conformo siendo la mitad de bueno que Bud Spencer'.

Como mucho le quedan dos años de competición de alto nivel. 'Entonces habré cumplido 37 años y con esa edad ya eres viejo para competir'. ¿Ya se siente actor? 'Qué va, como mucho aprendiz, quizás cuando acabe El capitán Trueno pueda empezar a llamarme actor novel'.

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