La deuda española ha sufrido momentos absolutamente críticos en las últimas dos semanas, pero sin embargo el Tesoro mantiene sus posibilidades de emitir. Ayer colocó bonos a tres años por importe de 2.468 millones de euros, en una subasta en la que recibió peticiones por 5.600 millones. Para el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, estos datos demuestran que España está 'colocando su deuda sin problemas'.

Eso sí, el tipo de interés que tiene que pagar para conseguir el éxito es sustancialmente más elevado que antes de la tormenta desatada por el rescate de Irlanda. Ayer, los bonos a tres años se adjudicaron a un tipo de interés marginal del 3,797%, el más elevado desde septiembre de 2008. Además, fue 1,2 puntos superior al 2,55% que se pagó en la última subasta de títulos a tres años, el 7 de octubre. El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, aseguró ayer que la emisión salió tal y como se esperaba (con muchas peticiones pero a un tipo de interés elevado) e incidió en que la subida del precio de las últimas emisiones 'tendrá una aportación cero sobre el tipo medio que está pagando España'.

Ocaña explicó ayer que el Tesoro decidió no adjudicar más bonos para no elevar más el tipo de interés. El Gobierno anunció la semana pasada que reduciría sus objetivos de colocación en este último tramo del año porque ya había conseguido más financiación de la que inicialmente tenía prevista y no quería hacer muchas más emisiones a los elevados precios que se le exige en la actualidad. En la subasta de ayer ya se colocó una cuantía muy inferior a la de la anterior (menos de 2.500 millones frente a 3.900 millones), después de que el objetivo máximo de adjudicación se rebajara hasta los 2.750 millones.