La Torre de la Pólvora estará abierta al público por primera y única vez durante este mes de julio tras concluir el proceso de restauración al que ha sido sometido durante cuatro años y que ha puesto de relieve su importancia militar durante el siglo XVI en la defensa cristiana del monumento nazarí.

La Torre, hasta ahora un lugar ajardinado y de paso para los visitantes y ubicada a la sombra de la Torre de la Vela y de Torres Bermejas, ha cobrado protagonismo tras el hallazgo de una plataforma artillera del siglo XVI en el que se situaban dos cañones que protegían el acceso a la fortaleza de posibles invasiones moriscas.

Los trabajos de restauración se han realizado a través de una técnica de prospección no destructiva, basada en un pequeño robot de tecnología georadar, que ha permitido conocer antes de excavar las dos almenas artilleras -únicas en la Alhambra- enterradas en el subsuelo, ha explicado hoy la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca.

La restauración, que se ha prolongado durante cuatro años, ha sido realizada por el Servicio de Conservación y Restauración de la Alhambra de manera casi "artesanal", lo que ha permitido la "preservación arquitectónica y la recuperación visual" del torreón medieval, ha destacado Villafranca.

El paso del tiempo había modificado profundamente este espacio, por lo que se ha tenido que retirar de forma controlada el relleno acumulado durante los últimos cuatro siglos.

La directora del Patronato ha declarado que la restauración de la Torre responde a una política en la que "prima la conservación" sobre la estética del monumento, un "criterio de autenticidad" que rige sus actuaciones en el monumento nazarí.