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La UE concreta el papel de la banca en el rescate griego

La zona euro negocia cómo implicar a las entidades financieras sin que se perciba como una demostración de insolvencia del país heleno

 

DANIEL BASTEIRO

El Eurogrupo se pasó semanas discutiendo si los bancos que más invirtieron en deuda pública de Grecia, un negocio muy lucrativo y seguro por el respaldo de los Gobiernos de la moneda única, debían participar en el segundo rescate del país. Angela Merkel, la canciller alemana y alérgica a los rescates, retorció la semana pasada el brazo a Jean-Claude Trichet, el presidente del BCE, por la inestabilidad que esta medida podría crear en los mercados. La autoridad monetaria ha evitado en los últimos años más de una tragedia comprando bonos de Grecia, Portugal e Irlanda y rebajando así el interés que estos países pagaban por refinanciarse. A mayor demanda, menos riesgo.

Esta semana, el BCE inten-tará evitar otro susto exigiendo que sea voluntario todo acuerdo para que los bancos no huyan de Grecia. Una reu-nión de ministros de la Unión Europea tratará mañana de manera informal el rescate de Grecia, en un encuentro extraordinario cuyo orden del día gira en torno a la creación del Gobierno económico de la zona euro y el endurecimiento de los límites de la deuda y el déficit.

Alemania propone que los bancos asuman un retraso de pagos de siete años

Otra reunión, esta vez de los ministros del euro y pretendidamente la definitiva, tratará el lunes que viene el rescate de Grecia. El BCE, apoyado por la Comisión, tiene menos de una semana para tomar la revancha a Berlín y evitar un acuerdo que, según las dos instituciones, sería percibido por las agencias de calificación de riesgos y el mercado como una bancarrota encubierta. Según este razonamiento, si Grecia no puede pagar para refinanciar su economía y la zona euro no pretende cubrir sus necesidades, serán los bancos los que asuman un retraso de siete años en la devolución de la deuda griega, según la propuesta alemana.

Ayer, Jens Weidmann, presidente del Bundesbank (el banco central alemán), metió presión a favor del plan germano al asegurar que 'el euro se mantendría estable' y soportaría un eventual impago de Grecia en sus compromisos.

Lo cierto es que la zona euro sí tendrá que contribuir a ese segundo rescate de Grecia, una secuela de los 110.000 millones comprometidos por la UE y el FMI en mayo de 2010. Según el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, la UE y el FMI deberían poner 30.000 millones más, mientras que la austeridad y las privatizaciones griegas reunirían otro tanto. Los bancos, que durante este año de rescate han dejado claro que no confían en que Atenas pueda volver a los mercados el año que viene, meterían en un cajón las deudas del Estado heleno durante siete años, dando más tiempo a Grecia y permitiéndole no devolver otros 30.000 millones, según el plan alemán.

Se estudia retomar la Iniciativa de Viena, utilizada en los países del Este

La gran pregunta estriba ahora en si ese cambio en los contratos debería ser voluntario, como piden Trichet y la Comisión, o por la fuerza, como plantea Merkel. Y sus consecuencias. Los funcionarios comunitarios recuerdan que la experiencia no es nueva y se ensayó con éxito en rescates de varias economías del este. En 2009, en la llamada Iniciativa de Viena, los grandes bancos internacionales se comprometieron a mantener su exposición en sus filiales de Rumanía, Letonia, Hungría y Serbia. A cambio, las instituciones internacionales recapitalizaron el sector financiero de esos países.

'No hay ninguna conclusión ni ningún acuerdo, ni siquiera de principio, sobre esto', aseguró el viernes Amadeu Altafaj, portavoz del comisario de Economía, Olli Rehn.Sin embargo, sí 'hay un debate en marcha' que contemplaría un programa voluntario similar a la 'iniciativa de Viena'. 'La condición, extremadamente importante, es que los participantes en el mercado no lo interpreten como una quiebra'.

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