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Uribe ordena el rescate militar del gobernador secuestrado

Reuters

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ordenó el martes a sus Fuerzas Armadas rescatar a un gobernador secuestrado por las FARC, en una demostración de poder de los rebeldes y desafío a su Gobierno que podría entorpecer la esperada liberación de dos rehenes.

El Ejército ha intensificado las operaciones por tierra y aire para tratar de rescatar al gobernador del departamento del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, secuestrado el lunes por la noche por un comando armado en su casa de la ciudad de Florencia.

"He pedido a las Fuerzas Armadas que hagamos todos los esfuerzos para rescatar al señor gobernador del Caquetá y para rescatar a los otros secuestrados que quedan en poder de estos bandidos", dijo el mandatario en declaraciones a la prensa.

"Hay que hacer todo el esfuerzo militar y policivo para el rescate, nosotros no podemos seguir pendientes de los caprichos de los terroristas, de los terroristas que bañan este país en sangre y que todos los días quieren engañarnos", agregó.

El Gobierno ofreció una recompensa de 500.000 dólares por información que permita localizar y rescatar al político de 69 años, al que hombres armados con fusiles y disfrazados de militares sacaron de su casa tras derribar la puerta con explosivos.

El Ejército y la Policía atribuyeron el secuestro de Cuéllar -al que los rebeldes secuestraron en cuatro ocasiones antes de ser gobernador- a la columna Teófilo Forero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla izquierdista del país.

"Se ha puesto en marcha un operativo de todas las Fuerzas y la Policía Nacional para buscar su liberación y la captura de los secuestradores", dijo a los periodistas el ministro de Defensa, Gabriel Silva.

Cuéllar se ha convertido en el responsable regional de más alto rango secuestrado por las FARC desde 2002, cuando el gobernador del departamento de Antioquia, Guillermo Gaviria, y su asesor de paz y ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri, fueron retenidos.

Ambos fueron asesinados 13 meses después por la guerrilla en una fallida operación de rescate del Ejército en una zona selvática del noroeste del país.

El secuestro del gobernador ha sido interpretado por los analistas como un golpe a la política de seguridad de Uribe y una demostración de poder de las FARC, ya que se ha cometido en una de las zonas del país con más presencia de efectivos militares y donde se concentra la ofensiva militar liderada por el presidente contra los rebeldes.

ESTRATEGIA DE LA GUERRILLA

El Ejército alertó hace poco de un incremento de los ataques de la guerrilla para demostrar su fuerza y ganar protagonismo antes de las elecciones de 2010.

"Hay un esfuerzo y existirá un esfuerzo por parte del narcoterrorismo para demostrar una capacidad en decadencia, habrá un esfuerzo también para perturbar la democracia, pero el Estado colombiano está firme para enfrentarlos", dijo Silva.

El departamento del Caquetá, en el sur de Colombia, es una de las regiones selváticas del país en donde las FARC aún mantienen una importante presencia y resisten una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos.

El secuestro de Cuéllar se produjo cuando se espera que las FARC liberen a dos de los 24 militares que tienen secuestrados actualmente, y que quieren intercambiar con el Gobierno por cientos de guerrilleros presos a través de un acuerdo humanitario.

Los familiares del sargento Pablo Emilio Moncayo y del soldado Josué Daniel Calvo pidieron al Gobierno no suspender las gestiones para entrega de sus seres queridos.

Por su parte, la esposa del gobernador, Imelda Galindo, denunció fallos en el plan de seguridad del gobernador y le pidió a la guerrilla que le respete la vida.

"Lo sacaron arrastrando. A él lo llevaron en pijama, sin zapatos ni nada", dijo Galindo a los periodistas.

Fuentes de seguridad admitieron la posibilidad de que el gobernador se incluya en una lista de rehenes políticos de la guerrilla.

El grupo guerrillero, considerado una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, llegó a tener más de 60 rehenes entre militares y políticos, pero la mayoría fueron liberados, mientras que otros se fugaron de campamentos en medio de la selva o lograron ser rescatados por las fuerzas de seguridad.

En la ofensiva impulsada por el mandatario colombiano desde que asumió el poder en 2002 han muerto importantes comandantes rebeldes y miles de combatientes han desertado, debilitando la capacidad militar de las FARC.

que cuenta en la actualidad con unos 9.000 hombres - aún mantiene su capacidad de realizar golpes de gran impacto con el propósito de ganar protagonismo y desafiar al Gobierno, según analistas.

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