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Vallejo, el maestro de la literatura áspera y la novela en primera persona

EFE

El escritor colombiano Fernando Vallejo, galardonado hoy con el Premio FIL en Lenguas Romances 2011, es un hombre escéptico cuya obra y reflexión siempre han estado ligadas a su Colombia natal y a las controversias con la religión católica y el poder.

"Por más que uno se esfuerce los libros de uno pasan, duran ¿cuánto? Una semana, unos meses no más, y se olvidan, y la realidad los deja atrás, y no puede ser de otra forma", explicó hoy en el acto donde se anunció que será premiado en la XXV edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) a fines de año.

Su estilo es muy personal: "Yo decidí escribir siempre en primera persona mis novelas", explicó este escritor nacido en Medellín (Antioquía, Colombia) el 24 de octubre de 1942.

Vallejo realizó estudios de biología, música y cine, estos últimos en Roma, antes de instalarse en México, país que convirtió en su hogar en 1971.

Este amante de los animales, a los que defiende con una convicción ciega, tratando de que el ser humano los entienda, respete y se acerque más a ellos, como realizador ha escrito y dirigido dos películas de la problemática colombiana "Crónica roja" (1977) y "En la tormenta" (1980).

En cuanto a su literatura, Vallejo es uno de los más representativos narradores actuales por su "peculiar conjunción de escepticismo lúcido" y el matiz contestatario de su prosa, que la crítica describe como vigorosa y áspera.

Fundador con "La virgen de los sicarios" (1993) de la corriente narrativa colombiana denominada "sicaresca antioqueña" y cuya visión ácida o desencantada del mundo emparenta con la estirpe literaria de Henry Miller, Jean Genet o Boris Vian, señala que hablar hoy de literatura es hacerlo de novelas.

"Si uno escribe biografías, autobiografías, libros de memorias, ensayos, son géneros menores (...) Es el gran género literario desde hace tres siglos. Antes fue la epopeya", afirmó hoy en Guadalajara, al anunciarse el premio que recibirá el 26 de noviembre en esa ciudad del oeste de México.

Para Vallejo, la novela "de tercera persona" y con "narrador omnisciente" es la más fácil, por eso la ha evitado.

"Yo nunca quise escribir novelas así. Esas son novelas fáciles, las de 'best seller' y las que tienen las fórmulas que ya conocemos, choteadas, manidas, los lugares comunes", agrega.

Piensa que El Quijote, "por su lenguaje, ni siquiera es entendible a la gente de hoy".

Su obra se mueve entre extremos como la miseria y la criminalidad, del mundo de los bajos fondos de la periferia de las grandes ciudades de su Colombia natal y de la crisis institucional de la familia, la Iglesia católica y la clase política.

A menudo parte en sus narraciones de personajes y sucesos reales a los que añade o exagera detalles de elaboración propia, surgidos de una imaginación fértil y una inteligencia crítica.

La violencia del narcotráfico aparece en su novela "La virgen de los sicarios", una de las más famosas y llevada al cine por Barbet Schroeder (2000), que muestra a unos pandilleros adolescentes que se convierten en asesinos a sueldo.

Fue el último de los seis títulos que conforman la saga autobiográfica "El río del tiempo", junto con "Los días azules (1985), "El fuego secreto" (1987), "Los caminos a Roma" (1988), "Años de indulgencia" (1989) y "Entre fantasmas" (1993).

Autor de las biografías de los poetas colombianos Porfirio Barba-Jacob y José Asunción Silva "El mensajero" (1991) y "Chapolas negras" (1995), respectivamente, ahora trabaja en la del filólogo Rufino José Cuervo.

Otras novelas suyas son "El desbarrancadero" (2001), galardonada con el Premio Rómulo Gallegos'03; "La Rambla paralela" (2002); y "Mi hermano, el alcalde" (2004).

Asimismo, es autor de ensayos como "Logoi, una gramática del lenguaje literario" (1983), "Tautología darwinista y otros ensayos de biología" (2002) y "Manualito de imposturología física" (2005).

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