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Velázquez vuelve a ser Velázquez

El Metropolitan devuelve la autoría de un cuadro al pintor

ANTONIO LAFUENTE

Retrato de un hombre vuelve a colgar de las paredes del Metropolitan de Nueva York junto a una leyenda en la que se lee: Por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez; una etiqueta que no lucía desde 1963, cuando fue degradado como una pintura salida del taller del maestro sevillano, pero no de su mano.

La devolución de su autoría a Velázquez es, de momento, la última decisión en una larga y apasionante historia de atribuciones por parte de los expertos que llevan investigando este misterioso cuadro desde que en 1800 se atribuyó a Anton van Dyck.

'Ante todo, déjenme que les diga una cosa: no es definitivo', explicó Keith Christiansen, director del departamento de Pintura Europea del museo, quien, no obstante, está convencido de que la obra es de Velázquez.

'Es un problema de conocimiento. Lo que uno ve en la tarjeta de un museo refleja el minuto y resultado del juego, el estado de lo que se sabe en ese momento.' añadió después.

La historia de las atribuciones falsas se remonta al año 1800

¿Qué es lo que ha ocurrido para que se vuelva a pensar que el cuadro es de Velázquez? Su enésima restauración, llevada a cabo por Michael Gallagher, que ha servido para quitar los barnices dados con posterioridad a la ejecución del cuadro y mostrar de nuevo las pinceladas y los colores originales.

La restauración ha permitido, por ejemplo, saber que el lienzo no está terminado, y que, probablemente, es un estudio de Velázquez para una figura de La rendición de Breda. 'Creo que es el retrato de un soldado', dijo Jonathan Brown, considerado el mayor experto sobre el pintor español en Estados Unidos.

La obra podría ser un estudio para una figura de La rendición de Breda

Precisamente, algunos estudiosos creen que el soldado de La Rendición de Breda no es otro que el propio Velázquez. Brown coincide en su juicio con August Mayer, el hispanista alemán que en 1917 dijo que el cuadro era del autor de Las meninas.

El problema sobre la atribución de la obra surgió cuando Joseph Douveen, uno de los coleccionistas de arte más importantes del siglo XX, se hizo con el lienzo y lo sometió a una restauración para que pareciera una obra terminada: se utilizó un barniz muy denso que ocultó lo que a su juicio podían ser faltas u omisiones. Ese acabado llevó a otro experto, José López Rey, a decidir, en 1963, que no podía ser una obra del maestro, por lo que el Metropolitan decidió retirar el nombre de Velázquez de la etiqueta.

Para celebrar por todo lo alto el redescubrimiento de Velázquez, el Museo abrió ayer una exposición, que permanecerá abierta hasta el 7 de febrero, con los cinco cuadros del maestro español que posee en su colección, entre ellos, el retrato de Juan de Pareja, y otras dos pinturas de su taller.

Para seguir con el misterio de las atribuciones, Brown no descartó que en un futuro próximo pueda descubrirse algún nuevo Velázquez, quizá en el mismo Metropolitan.

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