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Un verano muy animado en Oslo

Los mejores lugares para bañarse, las terrazas, las actividades al aire libre... En Noruega, si alguien lo había dudado, también se puede disfrutar del buen tiempo.

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Cuando uno piensa en Noruega parece inevitable imaginar blancos paisajes cubiertos por la nieve, pero con la llegada del verano, también aquí todo se transforma: los días se alargan hasta la madrugada, las terrazas y piscinas abren sus puertas, las actividades al aire libre cobran vida y la agenda musical se llena de convocatorias. Oslo es un escaparate perfecto para descubrirlo.

El fiordo de Oslo es el área recreativa al aire libre más utilizada del país y en verano bulle de vida. Se puede practicar kayak en sus aguas, alquilar una bicicleta por 80 coronas, dar un paseo guiado en barco o en trasbordador hasta una de las islas del fiordo de Oslo... Lo mejor es adquirir la tarjeta Oslo Pass, porque permite el uso gratuito de todos los medios públicos de transporte, además de entrada libre a museos y lugares de interés turístico, aparcamiento libre e importantes descuentos. Con la Oslo Pass de 72 se puede ir gratuitamente en barco a la isla de Bygdøy y visitar el famoso museo de los barcos vikingos o el museo de los exploradores, el Fram.

Oslo también cuenta con numerosas atracciones y actividades al aire libre totalmente gratuitas para poder disfrutar de la ciudad sin necesidad de gastar dinero, como pasear e ir de picnic por los jardines de la Fortaleza Akershus, recorrer el Jardín Botánico, los jardines del Palacio Real, disfrutar de las vistas al fiordo de Oslo desde el edificio de la Ópera o pasear por el famoso parque Vigeland.

Si lo que se desea es conocer los lugares más cool para bañarse en Oslo, no hay que perderse lugares como Frysja, Brekkedammen, donde se puede tomar el sol junto a una de las cascadas más altas del fiordo de Oslo, o Stilla, justo debajo de Kjelsåsveien. También la playa Huk, de arena, rocas y césped, es uno de los lugares de baño más populares de Oslo, con un emplazamiento fantástico en Bygdøy. Más apropiada para niños, la de Paradisbukta. Y también la isla Langøyene, a la que se accede en ferry desde Vippetangen, Solvikbukta, la cala de Fiskevollbukta o el lago Nøklevann.

Y si se trata de disfrutar del buen ambiente en sus terrazas, imprescindibles resultan: Dattera til Hagen, en Grønland; Etoile Bar, ubicada en la azotea del Grand Hotel y con exquisitas vistas al centro de la ciudad o Stratos bar, muy de moda y situada en lo más alto del teatro Folketeateret. Aunque la panorámica de Bar 34 , en el piso 34 del Hotel Radisson Blu Plaza es de impacto.

La animada agenda de conciertos y festivales estivales también es un aliciente para vivir el verano de Oslo. En el mes de julio tiene lugar el Festival Mela, basado en el expresionismo artístico, cultural y gastronómico, y durante el mes de agosto, la ciudad se desmelena con el Festival Øya, con grandes artistas internacionales como Pulp, Lykke Li, la noruega Mari Boine, Noah and the Whale o Kanye West, entre otros.
A mediados de agosto, Oslo calma su revolución musical más atrevida y da paso al jazz en su Oslo Jazz Festival, en el que conocidos e importantes artistas noruegos e internacionales interpretan su música en una serie de escenarios diferentes por todos los rincones en la ciudad. En definitiva, muchos planes para un verano muy animado.


Turismo de Noruega

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