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Las víctimas del terrorismo piden reconocimiento y que siga viva la memoria de los muertos

EFE

Una representación de víctimas del terrorismo ha reclamado hoy en el VI Congreso que se está celebrando en Salamanca un reconocimiento hacia los afectados y que se mantenga viva la memoria de todas ellas.

En dos mesas redondas moderadas por María Lozano, directora de la Red Europea de Víctimas del Terrorismo, han participado víctimas del terrorismo de diversos países como Rusia, Estados Unidos, Colombia, Irlanda, Israel o Italia.

Todos ellos han realizado un relato de sus vivencias, de los casos que han sufrido bien en la piel de sus familiares o en primera persona, como el caso de un colombiano secuestrado por las FARC o un bombero que participó en las labores de rescate del World Trade Center, en el que murió su hijo.

Han sido historias descriptivas de sus sufrimientos, de las vidas rotas y de "tragedias" sufridas durante años, un tiempo utilizado para reclamar justicia, para intentar un reconocimiento de las víctimas y evitar el olvido.

Alan Jara, un colombiano que estuvo siete años secuestrado por las FARC, ha recordado en su relato el lugar donde estuvo privado de libertad como "lo más parecido a un campo de concentración" y ha explicado cómo uno de sus "mejores" momentos fue la creación de "una escuelita", donde estudiaban idiomas, geopolítica o historia "para sobrevivir".

Jara ha explicado que en Colombia hay "una situación especial", ya que llevan "45 años de conflictos de sangre y dolor", y este sufrimiento le ha llevado a creer que la mejor forma para luchar contra ello es un "intercambio humanitario", porque es consciente de que hay que hacer "sacrificios en beneficio de la vida".

La también colombiana Emperatriz Castro de Guevara que vivió el secuestro de su hijo en 1998 por parte de las FARC y su asesinato, ha incidido en que "quedan muchas cosas por hacer", sobre todo la "voluntad política" del Gobierno colombiano y de la guerrilla "para arreglar las cosas".

Lee Ielpi fue uno de los bomberos que sufrió en primera persona los atentados del 11 septiembre, ya que participó en las labores de rescate del Word Trade Center, donde murió su hijo, también bombero.

Una de sus mayores satisfacciones fue la de recuperar, tres meses después, el cadáver de su hijo, aunque ha explicado que lo que vio de cerca aquel 11 de septiembre, "que no fue ataque sobre América sino sobre el centro mundial del comercio", fue la demostración del "horror que puede hacer el terrorismo".

Ielpi ha asegurado que tomó una decisión "difícil", como fue la de "no odiar" como la mejor forma de "luchar contra el terrorismo" y ha dado una pista sobre cómo intentarlo, a través "de la educación".

Catherine Bannier sufrió el asesinato de su hija en Egipto, en 2009, cuando estaba en un viaje de estudios, y ha confiado en estos congresos como una forma de "apoyo" y evitar que se sientan "solos", un mensaje que ha querido lanzar de forma directa "al Gobierno francés".

En esta misma línea, Jacob Kimchy, al que en 2002 mataron a su padre, policía en Israel, ha expresado su gratitud a estos congresos ya que es donde puede hablar "con otras víctimas que nos comprenden".

La policía Pam White vivió en primera persona un atentado del IRA en el Reino Unido, cuando una bomba mató a varios de sus compañeros, algo que le posibilita para asegurar que hay que "perdonar para salir adelante".

La petición de reconocimiento a las víctimas llegó con la voz de la rusa Irina Khalay, que resultó herida en un atentado en 1999 al sur de Rusia y que ha reclamado al Gobierno de su país "responder", ya que "se alejó del problema".

También llegó la voz a través de Evelyne Mafouta, que sufrió la muerte de su hermano que iba en un avión que viajaba de El Congo a París el 19 septiembre de 1989 cuando murieron 170 personas, y que pidió que los familiares puedan "rehabilitar el monumento que se construyó" en El Congo en homenaje a los muertos.

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