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A las víctimas de violación les cuesta más el trabajo de parto

Reuters

Por Anne Harding

Las mujeres que fueronvioladas tienen muchos más problemas en el parto que aquellasque nunca fueron víctimas de abuso sexual o violencia, indicóun nuevo estudio.

"El problema estaría en la segunda parte del parto, cuandoel bebé tiene que descender y la mujer tiene que empezar apujar", especificó a Reuters Health la doctora Lotte Halvorsen,del Hospital Universitario de Noruega del Norte, en Tromso,líder del estudio.

"Una explicación sería que el dolor físico cuando el bebédesciende activaría recuerdos de la violación y la resistenciaa la experiencia traumática", dijo.

La especialista explicó que, según los resultados, losmédicos, las parteras y las enfermeras deben saber si una mujerfue violada para ayudarla durante el trabajo de parto sinvolver a victimizarla.

"Haber sido violada causa vergüenza y, por lo tanto, unaexperiencia negativa, que las mujeres viven en silencio",agregó.

El equipo de Halvorsen decidió realizar el estudio despuésde observar que las mujeres que habían sido violadas tenían unasegunda etapa del trabajo de parto más larga y tendían anecesitar cesárea o ayuda con fórceps o un dispositivo desucción para tener un parto vaginal.

El estudio comparó a 50 mujeres que habían sido violadas apartir de los 16 años con 150 mujeres que no habían sidovioladas. Los profesionales que las asistieron en el partoignoraban esos antecedentes.

El 40 por ciento de las víctimas de violación tuvo cesáreay otro 40 por ciento, un parto vaginal asistido por fórceps odispositivos de succión.

Eso se traduce en 16 veces más posibilidades de que unavíctima de violación necesite cesárea y en 13 veces másposibilidad de que tenga un parto vaginal asistido porinstrumentos.

Mientras que las mujeres que no habían sido violadasdemoraban alrededor de una hora en la segunda etapa del trabajode parto, las víctimas de violación demoraban unas dos horas.

Además, las víctimas de violación eran más propensas atener sobrepeso, fumar, estar desempleadas y a ser solteras.Habían tenido más abortos y abortos espontáneos, dos factoresque el equipo tuvo en cuenta en sus análisis.

En Noruega, dijo Halvorsen, quienes asisten el parto"sorpresivamente con frecuencia" ignoran si las mujeres fueronvioladas.

Rutinas en el trabajo de parto y el parto, como losexámenes vaginales y la presencia de extraños en la habitación,serían traumatizantes para las víctimas de estos crímenes.

"Esas mujeres necesitan una asistente que las ayude con lamenor cantidad de intervenciones posibles y las guíe paramantenerse concentradas en el parto", señaló. Y para tener unparto vaginal, necesitarían más tiempo en la segunda etapa deltrabajo de parto, añadió.

FUENTE: British Journal of Obstetrics and Gynecology,enero del 2010.

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