Un asesinato en el barrio puede bajar significativamente la nota de un niño en un test de inteligencia, incluso aunque el menor no fuera testigo directo de la muerte o conociera a la víctima, según informaron el lunes investigadores estadounidenses.

Los hallazgos tienen implicaciones tanto para la lucha contra el crimen como para la confianza de este tipo de pruebas, dijo el profesor de sociología de la Universidad de Nueva York Patrick Sharkey, que realizó el estudio.

También pueden explicar alrededor de la mitad de la brecha que existe entre los resultados de negros y blancos en este tipo de tests, dijo en el Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Esto significa que ser más consciente del potencial de violencia tiene un alcance que va más allá de simplemente las víctimas y los que presencian un hecho violento, y alcanza a la comunidad y afecta a todos los niños de una comunidad", dijo Sharkey en una entrevista telefónica.

Sharkey comparó datos sobre delitos en un barrio con notas en el colegio.

Recopiló detalles de más de 6.000 asesinatos en la zona de Chicago y los resultados de dos estudios de niños y familias en barrios de la ciudad. Los estudios incluían resultados de las pruebas que se utilizan para determinar el cociente de inteligencia (CI) de un niño.

una zona de aproximadamente de seis a 10 manzanas - las notas del test del niño caían alrededor de media desviación estándar, dijo Sharkey.

En un test de CI que utiliza 100 como la media o pauta, una desviación estándar son 15 puntos. Así que si un niño hacía el test en el plazo de una semana de un asesinato local, su nota era 7-8 puntos inferior de media que la calificación de un niño similar en un barrio similar donde no hubiera habido un asesinato.

Esto encaja con lo que se conoce sobre los efectos del estrés postraumático, dijo Sharkey. "Los resultados sugieren que los niños pueden llevar la carga de la violencia con ellos mientras participan en su vida diaria en el barrio o el colegio", declaró.

Los efectos desaparecen después de una semana a nueve días, según Sharkey. Pero en zonas con muchos delitos, esto no proporciona mucho respiro.