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Cómo votar en las elecciones alemanas siendo español

Electoral Rebellion pone en contacto a alemanes dispuestos a ceder su voto con personas de todo el mundo.- Sus organizadores quieren centrar su mensaje en España porque saben que las políticas económicas 'afectan especialme

JAVIER PÉREZ DE LA CRUZ

'Creo que no es aceptable que la política alemana decida sobre las vidas de personas que no han votado este gobierno'. 'Pienso que no es justo que a la gente de fuera de Alemania le afecten las medidas que se toman aquí pero no tengan ninguna voz'. Estos son dos ejemplos de los argumentos que claman algunos de los ciudadanos alemanes que el próximo día 22 acudirán a las urnas para elegir el próximo canciller germano. Sin embargo, su voto no será resultado de su propia decisión, sino de la petición previa de una persona extranjera. Es una rebelión electoral.

Egality Berlin es un pequeño colectivo de la capital alemana formado por gente joven, activista y utópica. Ellos son los impulsores de Electoral Rebellion, una campaña con la que quieren poner en contacto a alemanes dispuestos a ceder su voto con todo aquel que lo quiera tomar. Pelean por una democracia global, lejos de los límites de las fronteras nacionales. 'Este sistema ya no tiene sentido; se ha globalizado todo menos la democracia', explica Sonja Wyrsch en un céntrico café de Berlín.

Sonja es una de las organizadoras de la iniciativa, en la que está trabajando para encontrar a votantes potenciales de todo el mundo. Aunque según confiesa, España, los españoles, mejor dicho, son uno de los grandes focos de la campaña. 'Estamos expandiendo el mensaje a través de organizaciones como el 15-M de Berlín. Pensamos que allí va a ser fácil encontrar a gente interesada en participar porque las políticas económicas de Alemania os están afectando a los españoles especialmente'.

'En Alemania se han aplicado medidas neoliberales durante los últimos 10 años, y le está yendo bien, pero a costa de los países del Sur de Europa, que no han tomado esas mismas medidas y que ahora están forzados a hacerlo'. Así, y en español, se expresa Filip Nohe, originario del rico Estado de Baden Württemberg y trabajador en la ONG Intermón Oxfam. No obstante, para él el poder germano va mucho más allá de la economía: 'también tiene mucha influencia en el cambio climático o en la venta de armas', añade antes de recordar que Alemania es el tercer exportador de armas del mundo, por detrás de Estados Unidos y Rusia. Por todo esto Filip ha decidido donar su voto al israelí Shimri Zameret. Está dispuesto a renunciar a un derecho fundamental para 'protestar contra un sistema global no democrático y mostrar su solidaridad a los afectados por la política alemana '

Sin embargo, de ninguna de las preocupaciones de Sonja o Filip se habla durante estos días en Alemania. A apenas una semana de las elecciones federales, temas como la crisis de la Unión Europea y la austeridad impuesta a los países del sur están pasando completamente desapercibidos en la campaña electoral. Ninguno de los dos grandes partidos, ni la conservadora CDU de la actual canciller Angela Merkel, ni los opositores socialdemócratas de la SPD, parece que quieren poner el asunto sobre la mesa. A esto se une la más absoluta indiferencia que a muchos alemanes les producen estos comicios. Se espera tan poca participación que desde la televisión se está animando al voto a través de personalidades del mundo cultural y deportivo con la coletilla de 'no se queje, vote'.

Según los expertos, que haya una alta abstención favorece la reelección de Merkel, una reelección que, de todas maneras, las encuestas dan por hecha, con casi un 40% de intención de voto. Sin embargo, su presumible victoria no le permitiría gobernar en solitario. En la actualidad, comparte el poder con los liberales del FPD, pero estos se han desplomado tanto desde las últimas elecciones que muchas encuestas incluso les dejan fuera del Bundestag, el Congreso de los Diputados germano. ¿Con quién se aliará Merkel? Ahí está la duda y el posible matiz de las futuras políticas alemanas.

Aun así, la sensación de que todo será siendo igual después del día 22 está muy extendida. También entre alguno de los españoles que gracias a la rebelión electoral de Egality va a poder participar en la elección de la nueva o nuevo canciller, como el catalán Joan Marc Simon. 'Yo es que no creo que las cosas vayan a cambiar mucho con la CDU ni con la socialdemocracia', cuenta desde Barcelona. 'Lo que nos encontramos es que gane quien gane, lo que tiene que hacer es defender los intereses de los alemanes, aunque sus decisiones afecten directamente los intereses de España'.

A pesar de ese pesimismo omnipresente, Joan Marc fue de los primeros en entrar en la página de Facebook de Electoral Rebellion y comentar en una de las publicaciones que ciudadanos alemanes habían escrito en el muro y con la que anunciaban su intención de ceder el voto. De esta manera es como funciona la iniciativa y así es como él consiguió que Luisa Seelbach se comprometiera a poner en la urna la papeleta del partido que él decida. Pero ¿y si la persona extranjera pide que vote a un partido extremista como el NPD, abiertamente neonazi? Sonja Wyrsch, de la organización, pone cara de póquer y dice que en teoría no debería haber negativa, pero que al final todo depende de cada persona, que es quien físicamente va a introducir el sobre.

Egality se limita a ser una plataforma que pone en contacto a personas que piensan que la democracia es mucho más grande que un país o una nación. Son un movimiento todavía pequeño, que sigue la senda de proyectos similares que se realizaron en las elecciones de Gran Bretaña en 2010 y en las de Israel del pasado enero. Es un acto de protesta que en Alemania utilizan para dar voz y voto a quien no lo tiene y que españoles, como Joan Marc sostiene, quieren utilizar 'para poner de relieve que en España la democracia es limitada'.

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