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Votar a favor del aborto es un pecado, según los obispos

Reuters

El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, dijo el viernes que los diputados que han votado a favor de la reforma de la ley del aborto están en situación de pecado y que no podrán comulgar hasta que reconozcan su arrepentimiento públicamente.

Los obispos reaccionan así al rechazo el jueves por parte del Congreso de los Diputados de la petición de devolver al Gobierno el proyecto de ley del aborto, con lo que superó su primer escollo parlamentario. No obstante, dijeron que los parlamentarios que han votado a favor de la ley no quedan excomulgados.

"Quienes votan una ley como ésta o hacen campaña a favor de ella no están excomulgados, están en una situación objetiva de pecado (...) objetiva, porque tampoco la Iglesia juzga su conciencia", declaró Martínez Camino en una rueda de prensa.

"(Esta es un) advertencia a los católicos, que no podrán votar a favor y que no podrán comulgar si no se disculpan públicamente", agregó el portavoz de los obispos, que señaló que la situación se repararía confesándose y reparando públicamente el mal causado.

La Conferencia Episcopal instó el mes pasado a la ciudadanía a manifestarse públicamente en Madrid contra la ley del aborto, que según los obispos viola los derechos fundamentales, incluido el derecho a la vida.

El proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción voluntaria del Embarazo liberaliza la interrupción del embarazo en las primeras 14 semanas de gestación y permite abortar a las mayores de 16 años sin el consentimiento paterno, un aspecto que ha abierto un amplio debate político y social.

Además, la ley de plazos establece la posibilidad de interrumpir el embarazo hasta la semana número 22 si hay un alto riesgo para la vida o la salud de la madre o anomalías en el feto, y sin límite para las anomalías muy graves o incurables o cuando los facultativos lo estimen oportuno.

La Conferencia Episcopal emitió en junio la declaración de once páginas "Atentar contra la vida de los que van a nacer", en la que acusó al Ejecutivo de tratar de imponer una moral abortista en la sociedad.

La Iglesia se ha opuesto a varias iniciativas sociales aprobadas por el Gobierno, y en el 2005 varios obispos salieron a la calle para sumarse a la marcha convocada contra la ley que dio a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio.

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