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El "Wembley africano", listo para asombrar al mundo

Reuters

Tras años de obras de remodelación, todo está a punto en el emblemático Soccer City de Johannesburgo para dar inicio al Mundial de Sudáfrica y convertir al colosal estadio de fútbol en todo un símbolo del deporte africano.

con ocho encuentros, incluyendo el de apertura y la final del torneo -, pese a las dudas expresadas por algunos medios de comunicación y expertos.

"Tengo que decir que este es un estadio cinco estrellas y puede ser comparado, si es posible, con el Wembley londinense", dijo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, en el acto oficial de inauguración de la instalación deportiva a principios de mes.

"El comité organizador ha hecho un trabajo maravilloso. Porque sí, es llamada la Copa de la FIFA, pero, ¿quién ha hecho el trabajo?", agregó sobre el impoluto césped del estadio, cuyos tres niveles de gradas anaranjadas relucían pulidas bajo el cálido sol del mediodía.

Construido originalmente en 1989, el Soccer City fue testigo de algunos de los más emotivos eventos de la historia moderna sudafricana, como el primer discurso del ex presidente Nelson Mandela en Johannesburgo tras salir de prisión en 1990 después de 27 años encerrado por luchar contra el apartheid.

También fue el lugar donde los sudafricanos rindieron honores al mítico dirigente comunista Chris Hani en su funeral, después de que el activista político fuera asesinado en 1993 cuando se negociaba una salida al sistema de segregación racial que imperó en la nación africana durante casi 40 años.

Ahora, más allá de nombres propios, la placa de honor dedica el estadio "a todos los que lo hicieron posible".

UN ESTADIO PARA TODA ÁFRICA

Tres años de trabajos e inversiones por más de 370 millones de dólares (unos 309 millones de euros) han convertido al Soccer City en el mayor estadio africano con 94.700 plazas, superando al Borg El Arab egipcio y al Stade des Martyrs, en República Democrática del Congo.

La fachada del gran coliseo circular fue rediseñada con 32.400 paneles de hormigón reforzado con fibra en ocho colores y dos texturas sobre una imponente estructura de acero galvanizado para representar una "calabash", típica olla africana, cocinándose lentamente sobre un anillo de fuego.

Los colores naranjas y amarillos que dominan en la fachada pretenden rendir homenaje a los dorados amaneceres sudafricanos, mientras que las franjas oscuras que la cruzan apuntan a los otros estadios del Mundial y al de Berlín, sede de la final de la Copa de Alemania 2006.

Además, el túnel por el que saltarán al terreno de juego estrellas multimillonarias como el argentino Leonel Messi, el brasileño Kaká y el mexicano Giovani Dos Santos se asemeja al interior de las minas de oro africanas, en las que murieron explotados millones de esclavos durante siglos.

Con esto, los organizadores locales enfatizaron que el imponente coso futbolístico no sólo debe ser motivo de orgullo para su país, sino para todo un continente que luchó durante años para ser sede de una Copa del Mundo pese a los clichés y las realidades que azotan la región más pobre del planeta.

"Hemos tenido muchas reuniones, hemos analizado muchas noticias de medios, de varios comités; algunas nos inspiraron, otras rompieron nuestros corazones porque trataron de minar nuestra confianza como nación y como continente", dijo el ministro sudafricano de Deportes, Makhenkesi Stofile.

"Pero la mayor inspiración vino de ustedes, el pueblo de Sudáfrica y el pueblo africano (...) El Soccer Stadium no sólo es una insignia para Sudáfrica, es una insignia para todo el continente africano", agregó.

RETOS Y PASIONES

Pero la joya de la corona de los 10 estadios que serán sede del Mundial también tendrá que pasar por varias pruebas una vez iniciados la competición.

Enclavado en las afueras de Johannesburgo, una peligrosa y congestionada ciudad de tres millones de habitantes, muchos temen que durante la competición el tráfico y los robos empañen la imagen del Soccer City, así como de otras sedes consideradas de alto riesgo, como Pretoria y Ciudad del Cabo.

El mes pasado, un gigantesco congestionamiento enervó a los aficionados que trataban de llegar hasta el estadio, hasta el punto que muchos abandonaron sus automóviles en la carretera y decidieron llegar a pie para no perderse a su selección batir a Colombia en un amistoso premundialista.

Las autoridades han prometido atajar el problema, pero insisten en que el Soccer City está pensado para que la mayoría de los hinchas llegue en transporte público y no en vehículos particulares, ya que la instalación sólo cuenta con 19.000 plazas de aparcamiento.

Además, el comité organizador asegura que el plan de contingencia contempla que se pueda vaciar el estadio en 10 minutos. Casi 300 cámaras velarán por la seguridad en las instalaciones, con otras 180 más en sus alrededores.

Decenas de operarios trabajaban en los últimos días en el exterior del estadio, finiquitando los últimos detalles aquí y allá. Por encima de los halagos y críticas internacionales, se muestran orgullosos del trabajo.

"Lo que más quiero es ver ahí a mi selección. Para mí, es el estadio más bonito del mundo", dijo el guardia de seguridad Benni, apostado en las afueras del "Wembley africano".

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