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"Wert viste de socialmente inevitable lo que socialmente es inaceptable"

El portavoz socialista en la Comisión de Educación en el Congreso denuncia la 'subordinación de la escuela pública a la concertada' que está llevando a cabo el PP y acusa al ministro de querer maquillar las c

ANNA FLOTATS

Fue hombre de confianza del anterior ministro de Educación —Ángel Gabilondo— y ahora es el principal azote de su sustituto en el cargo. Como portavoz socialista en la Comisión de Educación en el Congreso, Mario Bedera (Valladolid, 1957) ha acusado a José Ignacio Wert de hacer 'trilerismo político' para sustentar una reforma educativa que tacha de 'desigual y discriminatoria'. Doctor en Derecho y vicerrector de la Universidad de Valladolid entre 1998 y 2004, Bedera entona el mea culpa por no 'haber explicado bien el significado de las becas como derecho' cuando el PSOE gobernaba y augura el resurgir de 'viejos mitos en blanco y negro' que creíamos olvidados, como el hecho de que sólo puedan ir a la universidad los alumnos con recursos. 

¿Está en peligro la educación pública en España como la tenemos entendida hasta ahora?

Yo creo que seriamente. Hasta ahora pensábamos que con el PP podría producirse este retroceso, pero ahora lo estamos viendo. La subordinación de la escuela pública a la concertada es un hecho. Antes era sólo un deseo. El PP ha pasado por tres etapas. Primero lo pensaba pero no se atrevía a decirlo. Después lo ponía en los papeles pero no hacía exhibición de ello y ahora ya estamos descaradamente haciendo apología de la educación privada y concertada, hablando de lo mala que es la pública y sus profesores. Una prueba de ello son las enmiendas que el PP ha añadido a la LOMCE, que de por sí es una ley profundamente desvertebradora de las dos redes educativas, la escuela pública y la concertada.

¿Qué aspecto de la LOMCE es más peligroso para la educación?

El cómo se ha tocado la arquitectura del funcionamiento de las dos redes en la ley, el desmantelamiento de la escuela pública, la libre elección de centro, el hecho de poner suelo público dotacional para los centros concertados, como pasa en Madrid. Este tipo de cosas atacan frontalmente a la escuela pública. Por otro lado, las reválidas, el posible ranking de centros y la especialización curricular también están marcando otra vía de ataque a la educación pública.

Wert justifica los recortes diciendo que la mejora de la calidad de la enseñanza no va ligada a la inversión económica. ¿Es así?

Hay que tener niveles de eficiencia en el gasto. Pero no estamos en esos niveles medios. No estamos en la media de la UE ni de la OCDE en inversión educativa. Parece mentira que diga eso y después recorte 5.200 millones de euros. Si hubiera congelado el presupuesto, sería diferente. Pero cuando eliminas uno de cada tres euros del presupuesto anterior, no es creíble decir que vas a hacer lo mismo y mejor.

El ministro tiene previsto pasar de invertir en Educación el 4,9% del PIB en 2010 al 3,9% en 2015.

Está vistiendo el santo. Está intentando que sea socialmente inevitable lo que socialmente es inaceptable. Está poniendo la excusa de la crisis y de la eficiencia para recortar y encima dice que lo va a hacer mejor. Esto no es creíble. Pero es el problema del ministro, que la mayoría de cosas que dice no son creíbles.

Después de meses negando el cariz ideológico de la nueva ley educativa, el ministro reconoció que la norma incluye modificaciones ideológicas. ¿Qué consecuencias tiene ese sesgo?

La ley rompe el principio de igualdad de oportunidades, lo machaca. Subordina la escuela pública a la privada-concertada. Y, por último, pervierte completamente el sistema de valores, los acuerdos tácitos que en Educación nos dimos desde la etapa de la Transición. Eso se pervierte eliminando Educación para la Ciudadanía o modificando ad hoc una regla que establece que no se pueden concertar colegios que segregan por sexo. Para 79 colegios de esta naturaleza que hay en España, el ministro cambia una ley orgánica. Si la ley es el reflejo del interés general, ¿cómo puedes tú cambiar una norma específica para beneficiar 79 colegios cuando en España hay 35.000?

El famoso pacto constitucional es la suma de varios pactos, uno de ellos, el de educación, que fue el más difícil. Los negociadores se levantaron dos veces. Peces-Barba se levantó de la mesa porque fue muy difícil el equilibrio entre el derecho a la educación, que era lo que defendían los progresistas, y la libertad de enseñanza, que era lo que defendían los partidos de derechas. El equilibrio entre estos dos conceptos es difícil, inestable y a lo largo de los últimos años se ha inclinado en un solo sentido. Por eso digo que se pervierte la colaboración de las dos redes. Cuando tú desequilibras la balanza, estás rompiendo las reglas del juego. Ese será un tema capital de nuestra conferencia política.

¿Cómo se puede concienciar a la sociedad para que respete las lenguas cooficiales y los modelos autonómicos, como por ejemplo el catalán, que además está comprobado que tiene buenos resultados?

Aquí cuando se echa combustible a la hoguera, la cosa prende mucho. Al final, si para defender tu posición acabas generando un monstruo, la gente no escucha. El sistema educativo catalán cohesiona a la sociedad catalana. El problema es que la gente habla de oído y no conoce el sistema. Por encima de la lengua vehicular, está la cohesión social. Hay algunas comunidades que están empleando otro modelo y resulta que los padres están eligiendo una vía de lengua cooficial porque en la otra están yendo los inmigrantes. Ese sistema no cohesiona. El objetivo fundamental es que los alumnos dominen las dos lenguas y eso, en Catalunya, se hace y se demuestra con datos porque los estudiantes catalanes están por encima de la media tanto en el dominio del catalán como del castellano. Además, si tengo que elegir entre que estudien en la lengua que elijan sus padres o garantizar la cohesión social del sistema, apuesto por lo segundo.

¿Qué haría usted si fuera ministro de Educación para mejorar la calidad educativa en plena crisis, pero sin reválidas, sin aumentar la ratio y con centenares de profesores menos?

A nosotros [el PSOE] nos tocó gestionar tres presupuestos en crisis. Y no recortamos ni un euro en Educación, excepto el sueldo de los funcionarios en un 5%. No hubo ni un solo recorte en políticas educativas, de manera que lo que haría sería eso: blindar las inversiones en educación. Porque son productivas. Porque por cada euro que invierte el país en un alumno que estudia bachillerato, obtiene un retorno de tres euros. Por cada euro que invierte en un alumno que llega a la universidad, el retorno es casi de cuatro euros. Nosotros tenemos que competir en conocimiento, no en mano de obra.

¿Blindar la inversión es suficiente para reducir el abandono escolar?

El abandono escolar en España tiene causas muy diversas. Es el producto de nuestra historia. En 1978 teníamos un 25% de analfabetismo funcional. Por mucho que queramos correr, que hemos corrido y la OCDE lo ha reconocido (somos el país, junto con Corea, que más ha evolucionado en los últimos 40 años), el mapa del abandono escolar se parece mucho al mapa de los desequilibrios socio-económicos en España. Habría que estudiar cómo ha evolucionado cada una de las comunidades en los últimos 10 o 15 años.

Nosotros cometimos un error con la LOGSE: no dejar pasar a los alumnos a la etapa post-obligatoria si no tenían el título de la ESO. Somos el único país de la UE junto con Francia donde si no tienes un título no puedes seguir estudiando. Ahí nos equivocamos. En el resto de países, cuando un alumno llega a la barrera de la educación obligatoria, se le certifica lo que sabe para enfocarle a Bachillerato o se le abre una suerte de itinerarios. Si tú demuestras que tienes menos competencias, te las voy a certificar. Porque si no, ¿qué te estoy diciendo? ¿Que no has aprendido nada en 16 años? Te estoy condenado a que no te contraten. Hay que certificar lo que se sabe.

Por otra parte, la garantía de que un chico siga estudiando después de la etapa obligatoria viene fundamentada en la atención personalizada para no dejar a nadie atrás. Hay que ofrecer una atención, un tutor, unos apoyos. Eso es lo que hacen muchos países que tienen prohibida la repetición. Pero claro, eso es caro. Tienes que tener muchos profesores y bajar la ratio. Por último, otra de las claves es la educación infantil. Esa es la vacuna contra el abandono escolar.

Las becas son un derecho, pero a tenor de las declaraciones de Wert y de algunos presidentes autonómicos del PP, ahora parecen un privilegio. ¿Qué está haciendo realmente el ministro con las becas y las ayudas?

Las becas son un tema económico, no son un tema de excelencia. Las becas generales se deben dar en función de la renta. Desde 2005 los estudiantes que estaban por debajo de un determinado umbral de renta tenían derecho a una beca. Es casi indiferente lo que tengas presupuestado, que si por debajo de ese umbral hay más gente porque somos más pobres, te tienes que buscar la vida y encontrar el dinero, hablar con el ministro de Hacienda y pedirle recursos, o quitar de otro sitio, porque la beca es un derecho y nos hemos comprometido a ello. Nosotros no hemos explicado bien la profundidad del significado de la beca como derecho. Ahora que vienen las vacas flacas es cuando te das cuenta de la seguridad, de la garantía que daba eso.

El PP hace trilerismo político. Llega al poder y ve que tiene que poner más dinero para becas porque ahora somos más pobres que antes y hay más gente que las pide. Como la beca tiene que seguir siendo un derecho y para que el número de beneficiarios no crezca, añade al umbral económico, un umbral académico. Pero el rendimiento académico es el 5. Esa es la base de nuestro futuro recurso ante el Tribunal Supremo: la desigualdad que supone que si tienes dinero, con sacar un 5 puedes ir pasando y si no, te exigen un 6,5. Es desigual y discriminatorio. Además, Wert establece una parte fija y otra variable por si vienen muy mal dadas. La parte variable es la olla a presión cuando sueltas gas, la válvula de seguridad para equilibrar y no comprometerte con más recursos.

Sin embargo, Wert repite hasta la saciedad que este año invertirá 250 millones de euros más en becas.

Me da igual, como si pone 3.000 millones más. Porque en el fondo todo dependerá de cuántos pidan beca y de la válvula de seguridad. Además, Wert juega con los presupuestos de dos años, porque el curso escolar empieza en septiembre y acaba en junio. La semana que viene tendrá que demostrar que hay 250 millones de euros más para becas que el año pasado. De momento, es sólo cuestión de palabra, pero de él ya no lo creo nada. Si estuviera en el Parlamento anglosajón ya estaría en su casa de tanto mentir.

El secretario general de Universidades ha dicho que no será precisa una nueva ley orgánica para la reforma universitaria. ¿Se hará entonces a golpe de real decreto?

Esta reforma la han metido en el congelador. El PP se ha encallado en la ley educativa. Para la reforma universitaria, se sacó de la manga un grupo de 11 expertos y se fueron dos. Esos nueve presentaron un informe y hubo dos votos particulares. Les salió rana la apuesta porque ni sus propios expertos la ven. Es difícil hacer una reforma educativa sin tocar la ley de universidades, pero el ministerio de Wert se ha convertido en un avispero y no quieren ni oír hablar de incendiar la universidad; bastante la han incendiado ya con las becas.

¿Qué opina de la nueva Formación Profesional?

El planteamiento del PP de la Formación Profesional es redirigir un porcentaje importante de alumnos que llegaban a la universidad (a través del incremento de tasas y la bajada de becas) hacia la FP. Cuando un alumno tiene dificultades, hay que ayudarlo, pero este modelo low cost lo que hace es, simplemente, derivarlos a la Formación Profesional.

La maldad del PP es que pretende maquillar las estadísticas de abandono escolar. Eso en Europa se llama CINE 3 y consiste en tener un mínimo de 11 años de escolarización y al menos un ciclo cerrado completo de dos años en la parte final de la etapa educativa. El que acaba FP de grado medio cumple el CINE 3.

¿Qué hace el PP? A los 15 años, saca al alumno del sistema y con nueve años de escolarización, le crea un sistema cerrado de dos años que llama FP Básica. Este título es una cualificación de primer grado, lo más bajo de todo. Pero ese alumno, con una FP básica y al que no van a contratar en ningún sitio, cumple los dos requisitos para ser CINE 3. Por lo tanto, a efectos estadísticos, tiene la misma consideración que un bachiller o un titulado en FP de grado medio. De este modo, se reducirá el abandono escolar, pero será puro maquillaje.

¿Habrá o ya hay una generación perdida?

No sé si va a ser una generación perdida, pero los jóvenes lo van a tener mucho más difícil que antes. Vamos a ver resucitar viejos fantasmas. Volvemos a las reválidas que se quitaron en 1970, volvemos a la situación en la que el que tiene medios llega a la universidad, y el que no, a una FP sin ninguna dignificación. Volveremos a ver resurgir las academias. Si vas mal en matemáticas, como no te van a dar los apoyos que necesitas, tendrás que ir a una academia. Vamos a volver a los mitos en blanco y negro que creíamos que habían terminado.

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