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Zapatero reivindica respeto para la Catalunya que se define como nación

Recuerda a Rosa Díez que no se puede 'tapar la boca' a los que se manifestaron en Barcelona // Admite el concepto de nación con valor 'político', no jurídico

JUANMA ROMERO

Había hablado del Estatut, de la doble regla de acatar la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) y de desplegar el texto vía legislativa. Pero hasta ayer jueves no había expresado pública y rotundamente su parecer sobre la masiva manifestación en defensa de la norma catalana que recorrió el pasado sábado las calles de Barcelona.

Y fue el esperado: José Luis Rodríguez Zapatero aseguró respetar y comprender la indignación de los catalanes, su pretensión de reivindicarse como nación, aunque eso, tal y como falló el TC, no suponga equipararse a la única nación válida a efectos jurídicos, la española. Una vara flexible con la que el Gobierno pretende templar los ánimos.

'Lo que ha dicho el Grupo Socialista sobre el concepto de nación jurídico-constitucional en el debate y sobre el concepto de nación histórico, sociológico, cultural y político, es lo mismo que dice el TC, es lo mismo que dijo don Artur Mas cuando presentó aquí en su día el Estatut de Catalunya: la nación jurídico-constitucional que reconoce la Constitución es solo la nación española –prologó el jefe del Ejecutivo–. ¿Supone eso que en términos políticos, sociológicos o históricos, se pueda hablar de nación y que algunas comunidades se refieran, sin valor jurídico, sino como expresión de un sentimiento, de su visión de la historia, de la interpretación de lo que son como comunidad, en términos de nación? El Tribunal Constitucional lo dice claramente. Pero lo dijera o no el TC, son hechos, suceden. Hay ciudadanos que consideran en alguna parte de España que su comunidad responde a estas características, a una nación. Les podemos tapar la boca, pero como eso en democracia no puede hacerse, tenemos que respetar y limitar jurídicamente el alcance de esa realidad', aseguró ayer Zapatero en respuesta a la líder de Unión, Progreso y Democracia, Rosa Díez, durante la segunda y última jornada del debate del estado de la nación, en la que subió a la tribuna todo el Grupo Mixto y el portavoz socialista.

Alonso define el PP como 'el partido del no y de la nada', sin alternativas

La defensa de Zapatero obedeció al lenguaje belicoso de la portavoz, que minutos antes había achacado al jefe del Ejecutivo haber caído en el más absoluto 'desacato' al TC al auspiciar, y no impedir, la marcha contra el recorte del Estatut y comprometerse a desarrollar a través de leyes orgánicas lo que el alto tribunal ha mutilado del texto. Díez rozó el exabrupto al calificar la actitud del Gobierno y del PSOE de 'pura corrupción política'.

Zapatero prometió seguir con su hoja de ruta marcada en el arranque mismo del debate: lo que el fallo dice es que el Estatut no puede arrogarse competencias estatales, pero el Estado sí puede regular qué transferencias realiza hacia las autonomías. 'No me diga que si hacemos eso estamos incumpliendo la sentencia', reprochó a Díez, molesto. El camino que queda por delante de rescate del Estatut, 'no es fácil', añadió, por lo que pidió 'solidaridad' al resto de partidos.

El presidente se sintió cómodo situándose en el centro, a caballo entre la radicalidad españolista de Díez y la indignación de los portavoces nacionalistas. No dio por muerta su concepción de la España plural, cuyo despliegue ha sido 'consistente y constante'.

El jefe del Ejecutivo saca su carné de 'socialdemócrata' ante las críticas

En el otro gran tema del debate de la nación, la crisis, no se deslizaron más anuncios ni nuevos argumentos. Zapatero sí explicitó de nuevo que nada ha mudado su corazón de izquierdas, pese a que todos los minoritarios han denunciado su cambio de chaqueta: 'Ustedes no son antidogmáticos; simplemente se han convertido a los dogmas de la derecha económica', le espetó el portavoz del BNG, Francisco Jorquera. Uxue Barkos, de Nafarroa Bai, lo acorraló por ese flanco y lo apremió a tomar el sendero 'de izquierdas' para salir de la recesión. Zapatero sacó su carné: 'Se puede intentar ser coherente toda la vida ideológicamente. Ser, como soy, una persona socialdemócrata progresista, pero no te puedes dar un golpe contra la pared por tus concepciones ideológicas. Si hay que reducir el déficit, tienes que reducir el déficit'. El Gobierno, agregó, no ha abrazado 'principios neoliberales, en absoluto'.

Zapatero no pudo encontrar ayer ningún apoyo firme. Sí, una mayor proximidad de Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro, y un talante más crítico de NaBai y BNG. Con UPyD, como siempre, nada que hacer. No obstante, tanto el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, como el presidente recalcaron que hay 'mano tendida' y que se trabajará por una alianza más estable.

Alonso se centró en las luces del Gobierno y la actitud de 'pasmo' del PP, 'el partido del no y de la nada', incapaz de presentar alternativas, al que no le importa el país y sí 'pillar poder'. En todo momento interpeló a Mariano Rajoy. Pero allí el líder del PP ni estaba, igual que la mayoría de la bancada conservadora.

'Austeridad, reformas, cohesión social, pactos políticos y trabajo, mucho trabajo'. Fue la fatua de Zapatero, su cierre a casi once horas de debate.

BNG: no al 'giro antisocial'

'El BNG siempre ha tenido en esta Cámara una actitud constructiva, proclive al diálogo, pero si lo que busca son acompañantes para un giro antisocial, no nos va a tener a su lado'. Mano dura la del portavoz del BNG, Francisco Jorquera, quien amplió su crítica al presidente por haber 'encerrado en el baúl de los recuerdos el discurso de la España plural', alentando, con el concurso del TC, una 'nueva LOAPA', un nuevo 'proceso de recentralización' política.

No hay 'involución', sino un 'desarrollo consistente y constante de la España plural', replicó Zapatero. También defendió la reforma de la Ley de Cajas y rechazó una banca pública por ser 'un instrumento extraordinariamente peligroso', al engordar la deuda.  

CC: críticas al PP y al Gobierno

De todos los portavoces que ayer subieron a la tribuna, fue Ana Oramas, de Coalición Canaria, la que se mostró más equitativa. El Gobierno está “agotado”, pero en el PP no hay “ni una sola alternativa”. Total, un “fraude de debate”, que nutre el “descrédito de la política”. Oramas ofreció la ayuda de CC, el “diálogo y el consenso”, siempre guiada por la “responsabilidad”. “No es momento ni de mociones de censura ni de elecciones anticipadas”. Zapatero cubrió de elogios la actitud de CC.

La portavoz apremió al presidente a “asumir los problemas, rectificar sus políticas y llegar a acuerdos estables”. Si no, elecciones. Sólo en ese caso. Para Canarias, reclamó revisar Régimen Económico y Fiscal, que ya está en camino.

UPyD: 'Corrupción política'

Es el discurso españolista el que sostiene a Rosa Díez. Ni citó la crisis –sólo azuzó al presidente por “renquear” en la toma de decisiones– y se volcó, agresiva, en el Estatut. Acusó al presidente de querer 'romper el orden constitucional' y de desplegar vía ley lo declarado inconstitucional. “Pura corrupción política de las instituciones”, dijo Díez, soliviantando al PSOE. La líder de UPyD despreció “la nación sentimental”, pues sólo cabe “el patriotismo constitucional y reivindicar la idea de España”.

En su réplica, lanzó un clásico a Zapatero: que convoque elecciones. “Es un poco excesivo que con un escaño se haga intérprete del conjunto de los ciudadanos y de los 11 millones que votaron al PSOE”, contestó mordaz el presidente.

UPN: el ejemplo de La Roja

Carlos Salvador llevó al pleno un menú variado: crisis, lucha antiterrorista, aborto – más que un derecho, es un “negocio”, dijo–, educación... y hasta la selección de fútbol, que representa “los mejores valores del pueblo español”. De hecho, el portavoz de Unión del Pueblo Navarro conminó al presidente a asumir el “patriotismo de bandera” que se ha visto en la calle, y a hacer “sencillamente, las cosas bien”. Y que acometa ya las reformas estructurales pendientes.

Zapatero coincidió con Salvador en la necesidad de “eliminar” los anuncios de prostitución en los medios y agradeció la ayuda de UPN. “Seguiremos siendo responsables, pero no nos pida imposibles”, dijo el diputado. 

NaBai: denuncia de los 'atajos'

Como ya hiciera el año pasado, Uxue Barkos (Nafarroa Bai) criticó la “impronta” del Gobierno, basada en los “atajos” para aprobar sus políticas. Tanto las de respuesta a la crisis –el cheque de 400 euros primero, luego el tijeretazo– como en el Estatut. Por “mirar para otro lado” y por no forzar la renovación del TC. Zapatero coló un mensaje inédito: el Gobierno ha preferido ser “exigente” con los candidatos, y no aceptar a Enrique López, el aspirante del PP.

El ejemplo más “flagrante” del atajo, dijo Barkos, es la Ley del Aborto, puesto que Zapatero apoya desde fuera el Gobierno navarro, el mismo que ha recurrido la norma y ha montado en armas. La portavoz reclamó alianzas estables, y no más geometría variable.

 

 

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