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Zaplana asegura que no tiene "ninguna voluntad" de volver a la política

El ex dirigente del PP se siente 'feliz' en Telefónica y quiere seguir en la empresa en el futuro

SERVIMEDIA


El que fuera presidente de la Generalitat valenciana y portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, aseguró hoy en un acto público que no tiene 'ningún ánimo ni ninguna voluntad de volver a la política'.

Hace casi un año que Zaplana dejó el Parlamento para convertirse en el responsable para Europa de Telefónica, justo en el momento en el que se avecinaba el cambio de equipo impulsado por Mariano Rajoy dentro del PP.

Desde entonces el ex dirigente popular desapareció de la escena política y ahora asegura que se siente 'feliz' en su nueva tarea que 'quiere conservar' en el futuro.

Dio a entender, por tanto, que su abandono de la vida pública es definitivo y se negó a hacer valoraciones de asuntos de la actualidad política, tales como la posible moción de censura del PP contra el Gobierno o los casos de corrupción que afectan a los populares, y en concreto a su sucesor al frente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.


La carrera del otrora representante del núcleo más duro del PP —junto con Ángel Acebes— se vio marcada por una conversación telefónica con Salvador Palop, uno de los principales implicados en el 'caso Naseiro', en la década de los 90.

En aquella cinta se le podía escuchar pidiendo a su interlocutor que de la comisión que sacara por la venta de un solar le diera 'la mitad bajo mano'. También fue sonado cuando reconoció los motivos de su entrada en la política: 'Me tengo que hacer rico porque estoy arruinado [...] Me hace falta mucho dinero para vivir'.

Desde el año 91, cuando se convirtió en alcalde de Benidorm gracias al voto de una concejala tránsfuga socialista, su trayectoria política no paró de ascender. A los cuatro años ganó las autonómicas en Valencia gracias al Pacto del pollo con Unió Valenciana y a los ocho obtuvo la mayoría absoluta.

Esa fue su etapa de las facturas manipuladas de Terra Mítica, de la que salió indemne y se inculpó a uno de sus hombres de confianza, Vicente Conesa.

En 2002, Aznar le llamó a Madrid a hacerse cargo de la cartera de Trabajo, puesto que después compatibilizaría con la portavocía del Gobierno. Al dejar Valencia promocionó a Francisco Camps.

Un par de años después, y ya desde su puesto de portavoz del PP en el Congreso, Zaplana se convirtió en el ariete del partido con el tema del 11-M, donde el grupo conservador llegó a plantear más de 500 preguntas al Gobierno.

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