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Un zoo público continúa abierto pese a ser ilegal

Una orden de cierre pesa sobre 17 de los 30 espacios de un parque de Almuñécar

PABLO FRAILE

Una pequeña alberca, de pocos metros cuadrados, llena de pestilente agua verdosa cubierta por espuma. Ese es el recinto de los hipopótamos, el primero que el visitante se encuentra al entrar en el Parque zoológico Peña Escrita en Almuñécar (Granada). Como esta, otras 16 estancias no cumplen la legislación y deberán ser cerradas al público, según una orden de clausura que la Junta de Andalucía emitió en noviembre de 2008, basada en un informe técnico. Pero el Ayuntamiento de la localidad granadina, propietario del zoo, interpuso un recurso que mantiene paralizado el cierre.

Además de estos 17 espacios en cuestión, la Junta apunta deficiencias leves en otros 7, cuya apertura al público queda supeditada a la subsanación de las irregularidades. Tan sólo seis estancias de las 30 existentes, según la Junta, gozan del visto bueno de la Administración andaluza.

Las deficiencias del zoo, gestionado con dinero público, vienen de lejos. Un informe de la Junta elaborado en 2005, al que ha tenido acceso este periódico, ya detectó numerosas infracciones en el parque. El documento apuntaba la falta de salubridad en estancias como la descrita de los hipopótamos, que ya entonces no disponía de 'unas condiciones higiénicas óptimas y debía aumentar su espacio'.

Los déficits de seguridad de las instalaciones, denunciados también en el informe, son fácilmente comprobables sobre el terreno. La estancia de los camellos, donde tres ejemplares se amontonaban bajo un árbol ante la ausencia de sombras, está protegida por una valla que llega a las rodillas de una persona de estatura media, y puede ser sorteada con facilidad. Es el mismo caso de uno de los recintos que acoge a las cebras.

Paradójicamente, en ambos casos, un cartel de 'animal peligroso' recibe al visitante. En este sentido, la ley aprobada en 2003 por el Congreso dispone que 'en el caso de animales especialmente peligrosos, se deberá contar con un sistema de control permanente, a cargo del personal especializado del parque'. Este periódico visitó el zoo durante tres horas y no detectó ninguna vigilancia.

La formación granadina de Ecologistas en Acción denuncia la 'ilegalidad' en la que incurre Peña Escrita. 'Cualquiera que se dé una vuelta por las instalaciones comprobará las deficiencias en el bienestar de animales como los osos, que además están tras una valla que no garantiza nada en caso de ataque', afirma el grupo. Igualmente, la agrupación va más allá y señala que no hay personal especializado para el manejo de los animales.

El Ayuntamiento de Almuñécar niega la mayor. En declaraciones a este periódico, fuentes del consistorio aseguraron que el parque está en buenas condiciones, desmintiendo así las acusaciones de los ecologistas, que consideran 'infundadas, ya que ni siquiera han subido al parque'.

 El alcalde de Almuñécar y representante legal del zoo Peña Escrita, Juan Carlos Benavides –de Convergencia Andaluza–, ha protagonizado numerosos escándalos judiciales durante su carrera política. El pasado mes de junio, un juzgado de Motril le condenó a 28 meses de prisión e inhabilitación para ejercer el cargo por coacciones a una televisión local, al cambiar las cerraduras y suprimir el suministro eléctrico de los edificios donde operaba la cadena. El Ayuntamiento, que niega su responsabilidad en el caso, presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Granada.

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