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Un coleccionista rescata la tradición musical de pueblos de los 5 continentes

EFE

Rescatados del tiempo y del olvido, unos mil instrumentos antiguos originales de países tan remotos como Nepal, Bután, Australia o Congo integran una curiosa colección que, en una sala de apenas unos metros cuadrados de una vivienda de una localidad granadina, evoca la historia y la tradición musical de pueblos y tribus de los cinco continentes.

Desde las populares zampoñas o flautas de pan que amenizan las ceremonias de ancestrales comunidades indígenas de América Latina, hasta un santur, una especie de cítara creada en la Persia del siglo IX y ascendiente directo de la guitarra en Occidente, la muestra resucita aquellos sonidos y ritmos que acompañaron en su avance a legendarios ejércitos en sus campañas militares o que acompasaron los ritos funerarios de clanes familiares relevantes de la antigüedad.

"Toda una oportunidad para acercarse a la identidad y a la intrahistoria de otras culturas", tal y como ha descrito a EFE el propietario de la recopilación, Aarón García, quien ha empleado más de treinta años en conformar este repertorio a través de sus diversos viajes por el mundo.

Luthier y musicólogo, García desgrana de manera escrupulosa y cabal cada dato histórico y etnográfico por mínimo que sea de las piezas que mantiene reunidas en su vivienda de Churriana de la Vega (Granada), al tiempo que insiste en la "importancia de saber valorar las costumbres e idiosincrasia de otras sociedades tan lejanas geográfica y culturalmente".

"Los acordes, según sostiene, son capaces de actuar como uno de los mejores remedios para derribar todo tipo de barreras e incomprensiones entre los diversos pueblos y comunidades".

Precisamente el coleccionista, que ha avanzado que la serie no está cerrada ya que pretende alcanzar la cifra de los 1.500 instrumentos, ha confesado que un violín popular que conserva oriundo de la ex Yugoslavia con más de 150 años, "es su pieza preferida".

"Por su valor histórico y musical, pero también por su significado simbólico como elemento de convivencia y vertebración en una zona como los Balcanes, sería un revés perder este rabel del siglo XIX", ha admitido García, quien ha explicado además que está tallado en madera y forrado con piel de cabra que hace las veces de caja de resonancia.

Además de su faceta como coleccionista, García también fabrica y repara piezas en su taller donde se acumulan pequeñas maquetas de guitarras, planos con esbozos de instrumentos y, sobre todo, herramientas artesanales tradicionales que recrean los antiguos obradores de los grandes luthiers italianos como Antonio Stradivari, Roberto Regazzi o la familia Guarneri.

"Creo claves, violas y guitarras de épocas pasadas", ha indicado el musicólogo, quien ha revelado que necesita en ocasiones viajar hasta museos y talleres del extranjero para hacerse con planos y maderas con las que "reconstruir de manera fidedigna instrumentos como los que aderezaron y entretuvieron en el Versalles del siglo XVIII".

En este sentido, uno de sus últimos y "más preciados" trabajos es un clave propio de la Corte francesa dieciochesca al que dedicó más de tres meses "con intensas jornadas de trabajo",

Discípulo en la construcción de guitarras de maestros como Manuel Fernández y de su hijo José Manuel Fernández, García también ha reconocido "su debilidad" por instrumentos procedentes de Asia y, en especial, los originales de la antigua Mesopotamia como el armonio, el dan gao, la trompeta tibetana, el sitar o el ektar, entre otros.

En este sentido, acaba se de ser clausurada una exposición en Ogíjares (Granada) con más de sesenta instrumentos musicales de este lugar procedentes de su colección y que ha tenido el objetivo "de acercar al público la historia de las civilizaciones de este continente a través de sus ritmos", ha apuntado.

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