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La alcaldesa de Hernani pidió un aplauso para los etarras de la T-4 como "una expresión de cariño"

EFE

La alcaldesa de Hernani (Guipúzcoa), Marian Beitialarrangoitia, ha admitido que pidió un aplauso para los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, presuntos autores del atentado en la T-4 de Barajas, como "una expresión puntual de cariño" ante los presuntos malos tratos que sufrieron en su detención, pero ha negado que tuviera intención de enaltecer a la banda terrorista ETA.

Así lo ha manifestado la alcaldesa (ANV) en el juicio que hoy se ha celebrado contra ella en la Audiencia Nacional por un delito de enaltecimiento del terrorismo, hechos por los que el fiscal Ignacio Gordillo pide un año de cárcel y siete años de inhabilitación.

Al elevar a definitivas sus conclusiones provisionales, Gordillo ha destacado que "nadie está sentado por sus ideas, por su ideología, por una candidatura", y que "la libertad de expresión tiene que existir, pero cuando se extralimita y llega a excederse y humilla a las víctimas hay que actuar".

En su defensa, la alcaldesa ha asegurado que no tenía previsto pedir ese aplauso para Portu y Sarasola cuando le llegó el turno de hablar en el acto de presentación de las candidaturas de Acción Nacionalista Vasca (ANV) en el polideportivo Anaitasuna de Pamplona (Navarra), el 12 de enero de 2008, pero "era una cuestión -los malos tratos- de la que se hablaba esos días" y "actué guiada por el sentimiento".

"Fue una frase espontánea", ha insistido al contestar al fiscal que, cuando lo dijo, también era consciente de que en el atentado del que se acusa a ambos etarras murieron dos personas -los ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio-, pero "les acusen de lo que les acusen no quita que se les tenga que dar un buen trato".

En ese momento, la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, le ha preguntado si hubiese pedido también un aplauso si los detenidos hubieran estado acusados de violación o de asesinato sin ser etarras, a lo que la regidora ha respondido que no sabía si lo hubiera hecho también, "pero pensaría que no es justo el maltrato y no se debe dar en ningún caso", porque "es un derecho que nos asiste a todos los ciudadanos, y lo defendería igual".

Al hacer uso de su derecho a la última palabra, la alcaldesa ha reiterado que sus palabras fueron motivadas por los presuntos malos tratos a Portu y Sarasola, pero que no tenía intención ni de ensalzar el terrorismo ni de humillar a las víctimas "como ha dicho el fiscal".

El abogado de Beitialarrangoitia, Iñigo Iruin, pidió la libre absolución de su cliente al entender que no se produjo el delito del que se le acusa y reprochó al fiscal que busque "ejemplaridad y no justicia", teniendo en cuenta además que no se ha podido demostrar en la vista que después de las palabras de la alcaldesa se produjeran gritos en favor de ETA.

Los hechos de los que se acusa a la alcaldesa, para la que la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) pide dos años de cárcel, sucedieron cuando Portu y Sarasola acababan de ser detenidos y alegaron haber sufrido torturas, denuncia por la que un juez de San Sebastián tiene abierta una investigación al apreciar indicios de un delito de tortura por parte de quince guardias civiles.

En ese acto de ANV, la alcaldesa manifestó: "Antes de nada, este ánimo, abrazo y este chaparrón de aplausos que nos habéis ofrecido, lo más caluroso posible, a Igor Portu, Mattin Sarasola y a todos los presos políticos vascos que se encuentran dispersados en las cárceles de Francia y España. ¡Os queremos!".

En ese momento, según el fiscal, el público dio gritos a favor de ETA, aunque durante el juicio sólo ha quedado constancia de que los asistentes gritaron: "El pueblo no perdonará".

Beitialarrangoitia tenía abierta otra causa en la Audiencia Nacional por mantener el nombre del etarra José Manuel Aristimuño, "Pana", en un parque de Hernani, pero el juez Fernando Grande-Marlaska la archivó el pasado viernes al haber accedido la alcaldesa a retirar "las simbologías terroristas".

Al juicio también ha asistido la alcaldesa de Mondragón (Guipúzcoa), Inocencia Galparsoro (ANV), a la que el juez Baltasar Garzón ha procesado por integración en ETA y que se encuentra en libertad bajo fianza de 30.000 euros tras haber permanecido tres meses en prisión por esta causa.

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