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Éxito en el estreno de "Tristán e Isolda" en el Teatro Maestranza de Sevilla

EFE

Más de 1.800 personas abarrotaron anoche el Teatro Maestranza de Sevilla en el estreno de "Tristán e Isolda", de Richard Wagner, y ovacionaron a la intérprete Evelyn Herlitzius.

Especialista en el repertorio wagneriano y cantante asidua del prestigioso Festival de Bayreuth, Herlitzius fue la triunfadora de una prolongada velada que duró cuatro horas y media.

La soprano alemana destacó especialmente en el primer acto, donde desplegó todo su potencial vocal y lució un timbre interesante, además de convencer al público en su faceta de actriz.

El tenor estadounidense Robert Dean Smith, otro reputado cantante wagneriano, encarnó un Tristán de gran belleza lírica en la escena junto a Isolda del acto segundo.

En el acto tercero, que demanda una vocalidad de Heldentenor, su voz sonó algo menos rotunda, pero siempre envuelta en una hermosa línea de canto.

Correctas las intervenciones de la mezzosoprano Iris Vermillion como Brangania, el bajo Reinhard Hagen como Rey Marke y el barítono Martin Gantner en el papel de Kurwenal.

Desde que asumiera la dirección artística del Maestranza, Pedro Halffter se propuso programar óperas que nunca antes se hubieran representado en Sevilla.

"Tristán e Isolda" era una de ellas y por eso anoche la ovación que el público dispensó al director madrileño en los saludos finales se debía tanto a su labor al frente de la orquesta como a su empeño personal en hacer una obra de esta envergadura en el Maestranza.

Halffter, que dirige su segundo Wagner al frente de la Sinfónica de Sevilla, ha estudiado profundamente la partitura de "Tristán" en los últimos meses.

Este esfuerzo le ha permitido extraer un sonido hermoso de la orquesta y además ha logrado la correcta conjunción y equilibrio entre foso, voces y dirección de escena.

La producción de "Tristán e Isolda" procede de la Ópera de Roma.

Su artífice es Pier'Alli y él es quien ha realizado el trabajo de dirección de escena, escenografía, vestuario y diseño de luces.

Su idea de la obra es escrupulosamente respetuosa con el libreto y la música de Wagner. Tan sólo se ha permitido una licencia: Isolda no muere al final, sino que permanece de rodillas con el cuerpo de Tristán entre sus brazos; pero está extasiada y fuera ya del mundo real.

La puesta en escena puede parecer demasiado clásica, pero es lo que demanda el libreto.

Pier'Alli consigue transportar al espectador a un mundo onírico de gran belleza plástica donde predominan tonos azules y grises que iluminan decorados superpuestos y texturas de madera y piedra que, con el soporte de las proyecciones de vídeo y pequeños y lentos movimientos, sitúan al espectador en el visor de un caleidoscopio.

La obra volverá a representarse los días 25, 28 y 31 de mayo y las localidades ya están agotadas.

David Cuesta

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