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Militares españoles se reencuentran con su historia en el Sahara

EFE

Treinta y tres años después de la última arriada de la bandera española en el Sahara Occidental, militares españoles regresarán en octubre a los territorios liberados por el Frente Polisario y a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) para ver a sus antiguos compañeros de armas.

Se trata de un "Reencuentro con la historia", lema del viaje, que reunirá a saharauis y españoles que compartieron bajo la misma bandera destino en las Tropas Nómadas y en la Policía Territorial.

Organizado por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS-Sahara), el viaje tendrá lugar del 7 al 12 de octubre y está abierto a todos los militares y sus familiares, aunque no hayan estado destinados en el Sahara.

España abandonó el Sahara en febrero de 1976 y mientras una parte de la población se quedó en los territorios ocupados por Marruecos y Mauritania, los que lograron huir se instalaron en el desierto argelino junto con el gobierno de la recién proclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

"Todo el ejército que servía en el Sahara vivió con desesperación y frustración aquella salida", rememora a Efe Javier Perote, coronel de Infantería retirado.

Para él, como para muchos militares que fueron testigos de la cesión a Marruecos y Mauritana de la que fue provincia española, el Sahara y la imagen de sus ciudades y sus habitantes nunca han dejado de estar presentes en su retina.

"Desde que salimos de allí tengo en la cabeza este asunto. No soy un militar al que se le olvide la pésima actuación del Gobierno español", apostilla Perote.

Las condiciones extremas que se viven en el desierto, explica este coronel, forjan vivencias que se comparten con otros y que nunca se olvidan.

Los participantes visitarán los campamentos de refugiados, donde actualmente sobreviven alrededor de 150.000 personas, se alojarán en las "jaimas" de familias saharauis y conocerán la historia y la realidad de este pueblo.

Viajarán a los territorios liberados y contemplarán el "muro de la vergüenza", de 2.500 kilómetros, levantado por Marruecos para resguardarse de las incursiones del Polisario y que divide el Sahara Occidental.

Entre la actividades previstas para los jefes, oficiales, suboficiales, soldados y quienes hicieron el servicio militar obligatorio en el Sahara se encuentra una reunión con el presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, y con otras autoridades saharauis.

Uno de los actos más emotivos será la jornada de hermandad con el Ejército saharaui y antiguos miembros de las Tropas Nómadas y la Policía Territorial.

"Allí se encontrarán con compañeros de antaño que aún conservan su DNI español y que estaban a sus órdenes", afirma José Taboada, presidente de CEAS-Sahara (www.saharaindependiente.org).

"Los hijos de aquellos militares también están invitados, pues podrán ver la magia del desierto de la que le habló su padre o experimentar la hospitalidad de los saharauis", añade.

Según Perote, se trata de "una buena oportunidad para que quienes sirvieron en el Sahara y tuvieron la frustración de la huida, puedan resarcir la mala conciencia de estos años".

Taboada, que hizo la "mili" en el Sahara entre 1974 y 1975, recuerda el último día en el Aaiún, las lágrimas mezcladas con indignación y rabia, y a aquellos niños y mujeres que salían a la calle y se enfrentaban a los marroquíes.

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