El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi y el presidente de la Cámara de los Diputados, Giafranco Fini, ambos fundadores de Pueblo de la Libertad (PDL), se cruzaron ayer palabras que revelaron el estado de tensión existentes entre ambos líderes en el seno del partido, informan los medios italianos.

A lo largo de esta legislatura, Fini, que fue fundador del partido de derechas Alianza Nacional (AN), ha adoptado posturas diferentes a las del PDL en cuestiones éticas y de inmigración hasta el punto en que el diario afín a Berlusconi "il Giornale" le calificó de "compañero Fini" y le acusó de dañar al primer ministro y de favorecer a la oposición.

Berlusconi quiso ayer quitar hierro al asunto y en la fiesta de jóvenes del partido Pueblo de la Libertad (PDL) afirmó: "No somos un cuartel, somos un movimiento en el que todos tenemos libertad de expresión y podemos diferir dialécticamente con otros. Y sobre temas éticos hay libertad de conciencia".

"Ha sido un malentendido" -agregó- "he hablado por teléfono con él (Fini) y he tenido una conversación muy simpática y cordial. Hubo un malentendido por una frase que ayer dije de buena fe".

Sin embargo, el equívoco fue interpretado por una visión diferente sobre la inmigración de ambos líderes.

"Nosotros -afirmó Berlusconi- estamos por actuar con rigor en el tema de los inmigrantes irregulares mientras que el derecho del voto administrativo que Fini propone concierne a los regulares, ha sido un malentendido".

Sin embargo, al poco rato llegó el jarro de agua fría por parte del presidente de la Cámara de los Diputados: "Por mucho que el optimismo de Berlusconi sea proverbial, definir como malentendido tantas valoraciones de carácter político sobre las que en el PDL es necesario discutir, no solamente es reduccionista sino, sobre todo, nos arriesgamos a no resolver los problemas".

Berlusconi aseguró que el próximo sábado se reunirá con Fini para limar asperezas en el marco de la cena de los presidentes de los parlamentos del G8.