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La defensa presenta al torturador jefe "Duch" como una víctima del Jemer Rojo

EFE

El torturador jefe del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, alias Duch, fue otra víctima de un régimen culpable de la muerte de 1,7 millones de personas y no el criminal que ha presentado la fiscalía, afirmó hoy el abogado francés François Roux en el tribunal internacional que juzga el genocidio camboyano.

Roux afirmó que su cliente "tuvo que elegir entre matar o que le matasen" y que el suyo es un "crimen de obediencia".

El letrado galo quiso así rebatir los argumentos de la acusación pública y privada e indicó que el acusado estaba a merced de la organización comandada por Pol Pot, que no era un alto cargo y no pertenecía a la cúpula del poder.

"Duch era el subordinado de Son Sen y no se puede pasar eso por alto. El S-21 estaba dirigido por Son Sen y controlado directamente por el comité permanente del partido", apuntó Roux.

El acusado dirigió el centro de detención de Tuol Sleng, en Phnom Penh, por donde pasaron miles de personas acusadas de traicionar al régimen para ser interrogadas, torturadas y ejecutadas.

Roux confirmó que Duch se declarará no culpable y pidió a los jueces que tomen en consideración atenuantes como la plena asunción de responsabilidades, el arrepentimiento y la cooperación que el acusado mantiene con la fiscalía.

El abogado francés rechazó la petición del fiscal de una condena a 40 años de cárcel al considerarla una cadena perpetua encubierta ante los 66 años del acusado.

A diferencia de lo que hizo ayer su colega Kar Savuth, el otro abogado de la defensa, quien cuestionó la jurisprudencia del tribunal, Roux no llegó a pedir explícitamente la liberación de Duch.

Sin embargo, señaló que Duch lleva 30 años privado de libertad, entre los que pasó escondido y los que lleva arrestado por el tribunal, y recordó casos parecidos como el del nazi Albert Speer que, tras asumir su responsabilidad, fue condenado a 20 años por el Tribunal de Nuremberg.

El letrado galo apeló a los jueces, tres camboyanos y dos extranjeros, a juzgar en su justa medida, que la sentencia debe tener como objeto el castigo pero también la rehabilitación.

"Lo han convertido en un monstruo. ¿Es que se ha convertido en Pol Pot?. Duch ha muerto. Hoy su nombre es Kaing Guek Eav. Ya no es el Duch revolucionario", fueron las últimas palabras del abogado.

La intervención de Roux reveló contradicciones entre los dos abogados defensores hasta el punto de que el francés admitió que ha habido "desacuerdos" con su colega.

Duch ha confesado durante su juicio que, como director de Tuol Sleng, ordenó ejecuciones, torturó a prisioneros y cometió los otros crímenes que le imputan, y también ha pedido a sus víctimas perdón varias veces como muestra de arrepentimiento.

La intervención del abogado francés, que participó en la defensa en el tribunal internacional que se organizó para el genocidio de Ruanda y que se incorporará al Tribunal Especial para el Líbano, cierra la presentación de los argumentos finales y deja el juicio listo para sentencia, como se espera que el presidente de la corte anuncie mañana.

La sentencia se pronunciará a principios del año próximo, según tienen previsto las Cámaras Extraordinarias en las Cortes de Camboya, el nombre oficial del tribunal internacional.

Duch es el ex oficial de menor rango del Jemer Rojo que juzgará este tribunal organizado por la ONU y Camboya tras largas y tortuosas negociaciones que comenzaron en 1997.

Esperan su turno Jieu Samphan, ex presidente de la República Democrática de Kampuchea; Nuon Chea, "hermano número dos" e ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales.

Pol Pot, el "hermano número uno", murió en la jungla camboyana en 1998.

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