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C.Thompson, o cómo hacer cómics que conquisten a todos

EFE

A sus 36 años, y con menos de media docena de títulos publicados, el estadounidense Craig Thompson es ya un referente esencial de la novela gráfica, gracias al éxito de la autobiográfica "Blankets" o la más reciente "Habibi", un relato "arabesco", alejado de su entorno, donde da de nuevo en la diana.

Thompson, que estos días está en Barcelona con motivo del Salón Internacional del Cómic, se sonroja un poco cuando le dicen que sus obras son muy especiales y ofrecen un tono a veces tan intimista que gustan incluso a aquellos no habituados al lenguaje del cómic.

Lo que es evidente es que sus dos principales obras -por difusión y tamaño, ya que son volúmenes que rondan las 600 páginas- gustan, y mucho, a la crítica especializada, que los han colmado de premios (como los Harvey y los Eisner, entre otros).

La "biblia" que acaba de publicar Paul Gravett "1001 cómics que hay que leer antes de morir" no solo cierra su selecta nómina con "Habibi" (2011), sino que también incluye "Blankets", ambos publicados en España por Astiberri.

"Me siento muy honrado de estar en esa lista", ha asegurado, en una entrevista a Efe, el autor norteamericano.

Nacido en Michigan en el seno de una familia humilde, muy religiosa y de pocos recursos, el primer contacto con la cultura popular visual exterior le llegaba al joven Craig a través de las tiras cómicas del periódico, que guardaba devotamente, ya que sus padres controlaban lo poco que sus hijos veían en la televisión.

"Cuando comencé a trabajar con mi hermano en una granja casi cada dólar ganado me lo gastaba en cómics", recuerda sobre el control paterno que le llevó a abandonar su casa a la primera oportunidad.

Estas vivencias marcaron sus primeros trabajos cuando finalmente, y tras trabajar como animador por cuenta ajena, publicó "Adiós Chunky Rice" (1999), una fábula a través de una pequeña tortuga que abandona el nido, donde Thompson dejaba florecer sus sentimientos mientras que mostraba ya su habilidad extraordinaria para el dibujo.

Esta combinación de sutil narrativa y brillante puesta en escena explotó cuatro años más tarde en "Blankets", donde ahondaba en la senda autobiográfica con una obra de la que ha vendido 130.000 ejemplares sólo en EEUU (mejor cómic para la revista Time en 2004) una cifra elevada para un "tocho" de novela gráfica de 600 páginas.

Thompson, que deliberadamente no fraccionó el relato en entregas para no restarle intensidad, ve inevitable que una historia así sea un poco terapéutica para el autor.

"Blankets" supuso una pequeña revolución para los lectores y para los autores de novela gráfica, que vieron que el formato podía extenderse, y sobre todo abría el camino narrativo de intimidad que luego siguieron otros, por lo que muchos le apuntan como pionero.

"Estaba en el lugar adecuado en el momento justo. Cuando trabajaba en el libro, todo el mundo me presionaba para hacer una serie y mi editor dudaba en publicar un volumen tan grande. Quedó claro que lo que buscaban los lectores era algo distinto", señala.

Tras realizar un viaje por Europa y Marruecos, que recogería en "Cuaderno de viaje" quiso dar un giro de 180 grados y tomarse tiempo para su siguiente trabajo. A ello le ayudó el anticipo que su editorial Ramdon House le ofreció para su siguiente obra.

Con esta tranquilidad, Thompson se planteó dos opciones: un cuento épico del tipo "El señor de los anillos" o una historia de no ficción "políticamente activa", del estilo del periodista gráfico Joe Sacco, uno de sus autores favoritos.

Al final, tiró por el camino del medio: la historia de Dodola, una joven superviviente de mil batallas y Zam un esclavo negro, un relato situado en un espacio inespecífico al que dedicó seis años de trabajo, en parte para documentarse sobre el arte geométrico islámico y su caligrafía, los otros protagonistas de esta obra.

Sobre su extensión, otras 700 páginas, Thompson reconoce: "Se me fue la olla".

"Quería crear un libro que fuera una combinación entre el significado secreto de los libros de religiones como la Biblia y el Corán y los cómics: que tuviera el formato de un libro religioso, pero en el hay cómic por todas partes", advierte.

De momento, y para demostrar su versatilidad temática, tiene entre manos tres proyectos: una "aventura interestelar", un libro que abordará de forma abstracta las relaciones comerciales de China y Estados Unidos que mantiene muy en secreto, y un álbum erótico. Thompson es un casi un hombre del Renacimiento.

Sergio Andreu

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