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"La orquesta del Titanic" de Serrat y Sabina sigue tocando pese a la crisis

EFE

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina comienzan mañana en Zaragoza la "fase" española de la gira "Dos pájaros contraatacan" con las canciones de su disco a cuatro manos, "La orquesta del Titanic", un título que habla de su determinación a seguir tocando, aunque los tiempos no acompañen.

El 7 de febrero de 2012 se publicó este álbum, con el que han conseguido un contundente éxito en su gira internacional, y en el que ambos han unido sus fuerzas tras del éxito de "Dos pájaros de un tiro", el disco que reflejaba la gira que ambos protagonizaron en 2007 con éxitos de ambos.

Mañana, exactamente cinco años después, ambos recalan en el mismo lugar en el que abrieron su gira en 2007, el pabellón Príncipe Felipe de la capital aragonesa, en un espectáculo que "conceptualmente", según Serrat, no se diferencia mucho de aquel.

"Hay dos artistas que intercambian canciones, papeles y que juegan con las historias", ha dicho Serrat, para quien la idea de hacer un disco "a cuatro manos" y presentarlo luego en directo se antojaba "muy interesante".

"Ha servido para hacer un espectáculo distinto y profundizar en nuestras diferencias", ha dicho.

Para Sabina, este trabajo, con once canciones nuevas, "es mucho más completo, más rico, más divertido" que el precedente.

Y seguro que a la cabeza de Serrat vuelven mañana, cuando pise el escenario, algunos recuerdos, puesto que su madre y sus abuelos son aragoneses, oriundos de un pequeño pueblo de Zaragoza, Belchite, que sufrió mucho las batallas de la Guerra Civil.

"Hay toda una relación que no es vacía, que no lo fue nunca y a la que uno no puede ni quiere renunciar", ha asegurado el cantautor catalán.

¿Es difícil trabajar a cuatro manos? Por lo que parece, no mucho. El secreto, según Serrat, está en el reconocimiento del otro, en el respeto, en la sinceridad mutua y en saber decir no. "Que si dices no, sepas que lo que tú has propuesto se quita", ha explicado Serrat, para quien la propuesta alternativa "siempre ha sido mejor" que la original, que la rechazada.

La relación entre ambos, que se empeñan en disfrazar, es buena de cara a los conciertos: "Si me preguntan cómo nos llevamos, mal. Por eso bebo", dice Sabina, quien a renglón seguido reconoce: "Aunque ya solo bebemos en las ruedas de prensa".

Guiño a la organización por haberle pedido en lugar de agua un par de cervezas con, dicen quejosos, "poco gas".

Serrat asegura que Sabina tiene "la cosa poética" y que él es "el cínico".

Sabina recoge el guante que le lanza el cantautor catalán y asegura: "No existen canciones de amor, sólo de desamor, que esperan que esa hija de puta se arrepienta durante toda su vida de haberse ido con otro".

Agradecen el éxito cosechado con su disco. "Los dioses paganos nos bendicen en unos tiempos tan convulsos, y no sabemos cómo agradecerlo excepto dejándonos la piel en el escenario", ha asegurado el ubetense, quien se ha reconocido, por eso, un ser "privilegiado".

No tienen planes para un "Pájaros III", pero Sabina ha reconocido que fue al tiempo de que concluyera la aventura de la primera gira cuando "le entraron ganas" de volver con Serrat.

En la rueda de prensa también ha habido menciones para el complejo mundo de la producción musical porque, lamenta Serrat, el hacer canciones se ha convertido "en una historia sumamente complicada".

Y para el fútbol. Serrat ha dicho que ayer, con la victoria de España ante Portugal y su pase a la final de la Eurocopa, pensó en mandarle un correo electrónico al seleccionador, Vicente del Bosque, para agradecerle su trabajo.

Pero sobre todo por haber dado a la selección "este carácter" y por haberle quitado "cantidad de roña".

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