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Holly Petraeus, discreta y servicial, "furiosa" por el engaño de su marido

EFE

Holly Petraeus, esposa del dimitido director de la CIA, cuya vida durante 38 años giró alrededor de la vida militar, ha recibido "furiosa" la noticia del escándalo amoroso en el que está envuelto su marido.

Mientras continúan saliendo detalles sobre la relación que mantuvo su marido, el condecorado y admirado general retirado David Petraeus, que tuvo que dejar la dirección de la CIA a causa de su relación con otra mujer, poco se sabe de la esposa que le acompañó en los momentos difíciles.

Fiel a su imagen de mujer discreta no ha aparecido en público, no ha hecho ninguna declaración escrita, ni ha comparecido ante los medios -ávidos de detalles morbosos- para defender a su esposo o para descargar sus sentimientos en contra.

Sólo se ha sabido por las declaraciones de un amigo de la familia que está más que "furiosa", después de descubrir que su esposo mantuvo una relación durante casi un año con Paula Broadwell, una mujer casada, madre de dos hijos y autora de una biografía de Petraeus.

"Como se puede imaginar, no está exactamente contenta en estos momentos", dijo el coronel del Ejército Steve Boylan, exportavoz de Petraeus en declaraciones a la cadena ABC, en las que señaló que en una conversación con David Petraeus el pasado fin de semana le dijo que "furiosa sería un eufemismo".

Holly, cuyo nombre de soltera era Hollister Knowlton, conoció, en 1973, cuando era estudiante en la Universidad Dickinson, a un joven David Petraeus en una de sus visitas a la academia militar de West Point, donde su padre, el general William Knowlton, era superintendente.

A través de una amiga de su madre Holly recibió una invitación inesperada a un partido de fútbol con un cadete que no pudo acudir y en su lugar se presentó Petraeus, con quien comenzó a salir y se casó dos meses después de que se graduara como teniente en 1974.

Comenzaron entonces una vida juntos y más de una veintena de destinos en bases militares de todo el mundo siguiendo la carrera estelar de Petraeus.

Holly proviene de una casta militar con una larga historia: su bisabuelo luchó en la Guerra Civil (1861-65), su tatarabuelo fue brigadier general en la guerra contra España (1898) y su padre luchó en las dos Guerras Mundiales, y fue condecorado en la primera con una Estrella de Plata.

De ahí que algunos dijesen en su día que Petraeus se había casado con ella para avanzar en su carrera. Pero según declaró a la periodista Linda Robinson, que publicó en 2008 "Tell Me How This Ends" sobre el liderazgo de Petraeus: "Nos casamos porque nos enamoramos".

Holly ha estado en los buenos y en los malos momentos junto al militar caído en desgracia, como cuando le dispararon por accidente en el pecho en 1991 o cuando le fue diagnosticado en 2009 un cáncer de próstata que superó.

Petraeus fue enviado a Irak y Afganistán en cuatro ocasiones en periodos durante los que Holly le veía más por televisión que en persona y durante los que se convirtió en el pilar de la familia.

De aspecto afable, y con una melena ya gris, es madre de dos hijos, Ann, graduada en la misma universidad que su madre en 2004, y Stephen, que lo hizo en 2009 en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que ha servido en Afganistán.

Durante estos años de exitosa carrera militar para Petraeus ha sido "la gran fuente de apoyo, sabio consejo y amor que a cualquier soldado le gustaría tener", según dijo el propio general de su esposa en 2008 cuando regresó de una de sus misiones en Irak.

Como hija, nieta, hermana y esposa de militar siempre se ha preocupado por las familias de los militares y ha asesorado a los soldados sobre cómo administrar sus finanzas para comparar una casa o solicitar un crédito.

Durante 6 años trabajó en la oficina de asesoramiento financiero para militares.

Su dedicación llamó en 2010 la atención de Elisabeth Warren, la entonces directora de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que en enero de 2011 la nombró responsable del área dedicada a los miembros de las Fuerzas Armadas.

Su matrimonio sirvió de ejemplo para muchas familias castrenses. El escándalo que lo ha puesto en peligro fue descubierto cuando Jill Kelley, una amiga del matrimonio y conocida en la sociedad de Tampa (Florida) contó a otro amigo del FBI que estaba recibiendo emails amenazantes, lo que llevó a los agentes hasta Broadwell, celosa de la amistad de Kelley con Petraeus.

"Después de estar casado durante más de 37 años, he demostrado (tener) un criterio extremadamente pobre al tener una aventura extramarital. Un comportamiento inaceptable como esposo y como líder de una organización como la nuestra", decía Petraeus en su renuncia.

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