'Vergonzosa, indecente e inmoral'. Así calificó ayer José Berenguer, de UGT, la actitud de la Generalitat Valenciana hacia el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), su gran apuesta en investigación biomédica y del que ha recortado drásticamente su presupuesto: pasó de 9,8 millones en 2009 a 4,6 en 2011. Este tajo llevó a Sanidad a presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) que supondrá el despido de 114 trabajadores.

El comité de empresa adjuntó un escrito al expediente en el que muestra su 'disconformidad' por los criterios utilizados para suprimir 14 de los 26 laboratorios del centro. 'Al PP le preocupa más el golf que curar enfermedades', lamentó la investigadora Asunción Montaner, quien se refirió así a los tres millones que recientemente invirtió el Consell en el Masters Golf de Castellón. 'Ese dinero, sumado al ya concedido, garantizaría mantener todos los laboratorios en 2012', subrayó Montaner.

Otra de las críticas se refiere a la gestión del anterior director general, Rubén Moreno. La mayoría de investigadores cree que el ERE es una 'venganza' de Moreno hacia los científicos que le han afeado su gestión. 'No tengo la culpa de que el presupuesto haya disminuido', se defiende Moreno. No opina lo mismo, María Victoria Gómez, de CCOO, que considera 'una indecencia que premien con un escaño al principal responsable de la debacle del CIPF'. Moreno pertenece al círculo íntimo del president Alberto Fabra y concurre en el quinto puesto de la lista por Valencia del PP al Congreso.