Vulgar, violento, descarado, desvergonzado y dispuesto a todo por conseguir la fama. Todos estos calificativos podrían servir para definir al supuesto rapero valenciano Mario Vaquero, más conocido como John Cobra, un personaje que está en las antípodas del espíritu de servicio público que supuestamente da sentido a Televisión Española, pero que se ha convertido esta semana, muy a pesar de la televisión pública, en uno de sus rostros más conocidos.

Pero este personaje es en realidad un hijo de la Red, donde, gracias a sus vídeos en YouTube, algunos de ellos con más de 500.000 reproducciones, ha conseguido granjearse el apoyo de toda una legión de fans. Han sido estos los que, finalmente, le han llevado a lo más alto: la oportunidad, finalmente frustrada, de mostrar su supuesto talento en un programa estrella de la cadena más vista, la gala de Eurovisión de La 1 de TVE.

No obstante, lo que Cobra ofreció a los más de 2,6 millones de atónitos espectadores que el lunes siguieron las evoluciones de su coreografía genital y sufrieron la ristra de insultos que profirió a quien quisiera escucharle es, en realidad, una ración más del catálogo de despropósitos suyos disponibles a través de YouTube. Cruces de insultos y bravatas con su mortal enemigo, el inefable Batu; clases de Vale-calle, su particular técnica de defensa personal basada en golpes bajos; ejercicios de narcisismo; pesados monólogos sobre su degradante y simplista visión de la sexualidad femenina...

John Cobra es, en definitiva, un hijo de lo peor de Internet que nunca debió salir de las alcantarillas de la Red. Pero ya está aquí, entre nosotros.