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Alemania prepara una gran marcha antinuclear

30.000 activistas se manifestarán hoy frente al almacén

 

PATRICIA BAELO

'Nos esperamos lo peor'. El jefe del sindicato alemán de policía, Rainer Wendt, es pesimista respecto a la cita que tendrán los agentes germanos este fin de semana con decenas de miles de activistas antinucleares. Por primera vez desde hace dos años, un tren de residuos atómicos llegará a Alemania, a través de la región de Renania Platinado. Al polémico convoy radiactivo le espera una oleada de bloqueos y protestas, hasta llegar a su destino final: el almacén provisional situado en Gorleben (Baja Sajonia). Los medios hablan de la mayor manifestación antinuclear desde hace 30 años.

Según la plataforma ciudadana Lüchow-Dannemberg, se prevén hasta 30.000 personas hoy frente al almacén de Gorleben, convertido en centro de eliminación de residuos nucleares en 1977. Activistas de Greenpeace desplegaban ayer por la mañana sus banderas con el símbolo antiatómico. De forma paralela, al menos 600 escolares se congregaban en Lüchow (pequeña localidad al sur del depósito temporal de Gorleben) de forma pacífica. La noche anterior, la policía desalojaba un primer bloqueo en una carretera federal a la altura de Metzingen, donde los activistas habían incendiado un bidón de gasolina en un cruce. Los ánimos están incendiados en Alemania, después de que la coalición de Ángela Merkel decidiera hace un mes prolongar la vida útil de las 17 centrales nucleares del país una media de 12 años.

Un total de 16.000 policías controlará la movilización

Entre otros, numerosos miembros de los Verdes y la izquierda participarán en las demostraciones masivas del fin de semana; junto a ellos, otras figuras como el premio Nobel de Literatura Günter Grass o el rockero Udo Lindenberg. Protestarán no solo contra el transporte de los residuos por su alto riesgo, sino contra el uso de la salina de Gorleben como almacén atómico provisional 'Será una de las más apasionantes protestas antinucleares de Alemania en muchos años y uno de los pasos más prometedores hacia el desarrollo de la desobediencia civil desde las acciones contra la cumbre del G-8 en Heiligendamm', aseguró la coalición de activistas Castor Schottern. Por su parte, el ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, quien considera que el convoy 'es imprescindible', hizo un llamamiento para mantener el carácter pacífico de las protestas.

Sin embargo, el titular de Interior de Baja Sajonia, Uwe Schünemann, cree que 'también habrá manifestantes violentos', y por eso 16.000 agentes, en el mayor dispositivo desde 2001, escoltarán al convoy y, en caso de emergencia, no dudarán en usar camiones con cañones de agua; un tipo de armas, según los activistas, por las que muchos ecologistas ya resultaron heridos en las recientes protestas contra la construcción del proyecto ferroviario Stuttgart 21.

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