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Sólo el 0,4% de las capturas de atún se produce sobre poblaciones deprimidas

La regulación puesta en marcha a nivel internacional ha conseguido que hoy el 69% de las capturas mundiales de túnidos se realicen sobre poblaciones en buen estado, según ICCAT

PABLO OLIVEIRA Y SILVA

Pese a la idea generalizada de que el atún es un animal que se encuentra en peligro de extinción debido a los abusos en su sobrepesca, la realidad presenta hoy otros resultados. Según la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), responsable de la conservación de los túnidos y especies afines en el océano Atlántico y mares adyacentes, hoy el 69% de las capturas mundiales de atún se realizan sobre poblaciones en buen estado y sólo el 0,4% en condiciones de sobrepesca en poblaciones deprimidas.

'No cabe duda de que hay que disminuir la presión pesquera', avanza la doctora Pilar Pallarés, Secretaria Ejecutiva adjunta de la ICCAT. 'Pero salvo en el caso del atún rojo, nos queda atún para rato en los Océanos, gracias a que se han puesto en marcha más de 350 medidas internacionales para protegerlo en los últimos 50 años', añade esta responsable de coordinación de los programas de investigación, incluida la recopilación de estadísticas pesqueras y la elaboración de informes sobre la situación de la especie.

Cuando se habla de atún se generaliza sobre una especie animal que se conforma a través de más de 30 tipos de especies distintas en todos los océanos, cuyos tamaños, ciclos vitales y características biológicas son muy diferentes. Individuos de 50 centímetros hasta 4 metros, que viven en océanos templados o tropicales y que sólo tienen en común ser un recurso renovable, 'mientras se gestionen adecuadamente sus poblaciones'.

'La población de atún rojo del Atlántico Oriental y Mediterráneo, que en 2009 presentaba una reducción drástica de biomasa por una situación severa de sobrepesca, muestra ahora síntomas de recuperación', asegura Pallarés. 'Pero sólo una gestión responsable de la pesca, en la que se impliquen todos los agentes, desde el gestor hasta el consumidor, puede garantizar que podamos seguir disfrutando del atún', remarca como conclusión de la conferencia que ha presentado en el congreso 'Alimentación ConCiencia', celebrado el pasado miércoles, en el marco de la feria de gastronomía MadridFusión. Pallarés y otros investigadores españoles e internacionales estuvieron en Madrid para participar en este foro para exponer nuevas ideas en torno a un único concepto, la 'comida extrema'.

Según datos de Comisión, en el caso del atún rojo, el pasado año ya casi todas las poblaciones se gestionaban por debajo de las cifras de sobrepesca, observando que han descendido las capturas y las flotas. Pero a finales del siglo pasado la situación era muy diferente. En 1996 se dispararon todas las alarmas, al constatar que el atún rojo entraba en una situación de sobrepesca severa, con más de 53.320 toneladas capturadas en todo el mundo y se empieza a hablar de 'peligro de extinción'. Se habían creado granjas de engorde y la pesca de este animal dejaba de hacerse mediante métodos artesanales y su pesca aumentaba a medida que crecía la demanda de atún rojo en todo el mundo. 'Recientemente se han llegado a pagar 1,3 millones de euros por un ejemplar de atún rojo de 220 kilos', detalla, segura de que la especie seguirá siendo vulnerable pese a los signos de recuperación.

'Al ser grandes migradores, la gestión de su explotación debe seguir haciéndose a nivel supranacional', señala Pallarés, consciente de que si se siguen respetando las medidas de gestión planteadas por los organismos internacionales 'el peligro de extinción seguirá siendo cuestionable'.

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