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Células para evitar trasplantes

La proliferación de estudios con terapia celular ampliará el abanico de tratamientos para muchas enfermedades

ANTONIO GONZÁLEZ

Hace muy pocos años, quien hubiera hablado de utilizar células madre derivadas de la grasa para reconstruir el pecho extirpado de una paciente de cáncer de mama, un logro que presenta hoy en Madrid el Hospital Gregorio Marañón, hubiera sido tildado de aficionado a la ciencia ficción. Lo mismo puede decirse de avances como el trasplante de tráquea sin necesidad de que el receptor tenga que tomar de por vida fármacos inmunosupresores, como ocurrió la semana pasada en Barcelona; o de la fabricación de válvulas cardiacas a partir de células madre del cordón umbilical, anunciada también este mes por investigadores alemanes.

Todos estos logros comparten una misma base: la utilización de células vivas para curar o tratar una determinada patología. 'El ser humano, que hasta ahora curaba con moléculas, se ha dado cuenta de pronto de que puede curar con células vivas, que se pueden considerar un nuevo agente terapéutico', explica Damián García Olmo, director de la Unidad de Terapia Celular del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

La terapia celular, parte esencial de la llamada medicina regenerativa, está llamada a jugar un papel clave en la ciencia del futuro, y aunque por el momento la mayor parte de sus aplicaciones, sobre todo las basadas en células madre, no ha llegado a la práctica clínica, no se puede decir que se trate de una quimera, porque ya hay pacientes tratados con éxito a través de estas técnicas. Es más, aunque todavía es pronto para poner horizontes de tiempo concretos, hay especialistas que están convencidos de que llegará el momento en que la terapia celular haga innecesarios muchos de los actuales trasplantes, algo que ya es una realidad, por ejemplo, en hígado (en algunos casos de hepatitis fulminante) y córnea.

'Conseguir que la terapia celular sea una alternativa a los trasplantes es el desiderátum, y hacia ahí van las investigaciones, pero todavía está un poco alejado de la práctica clínica; está más presente en los laboratorios de investigación, aunque ya existen realidades clínicas', señala García Olmo.

Obviando el caso del trasplante de médula, que es una realidad desde hace casi 30 años, la terapia celular es especialmente prometedora en los campos de la cardiología, la traumatología, la oftalmología o la hepatología.

En este último caso, ya hay estudios documentados de cómo el trasplante de células adultas del hígado (hepatocitos) es capaz de evitar el trasplante del órgano en caso de hepatitis fulminante por consumo de setas venenosas.

'El trasplante de hepatocitos funciona de verdad', señala el jefe del Servicio de Inmunología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Antonio Serrano. 'Hay muchos pacientes que están sobreviviendo sólo con el trasplante de hepatocitos y se están evitando trasplantes de órganos, siendo infinitamente más barato; además, a quienes no les funciona al menos les mantiene con vida el tiempo suficiente para que llegue un trasplante de hígado', agrega.

Este experto cree que esta terapia funcionaría mejor con células madre que con hepatocitos adultos, aunque en este punto emerge un importante escollo: el difícil control de las células madre, sobre todo si se trata de células embrionarias, que tienen mucha mayor plasticidad y acaban provocando cáncer. 'Lo más importante es asegurar que las células que se ponen al paciente son seguras y no van a producir tumores, ya que hay que respetar la regla de oro de la medicina, primun non nocere (lo primero es no hacer daño)', sostiene este especialista.

Asimismo, Serrano reconoce que, a pesar de que el objetivo es que las células madre hagan lo que los especialistas quieren, la realidad es que 'hacen lo que les da la gana porque los médicos aún no han aprendido a dirigirlas'. No obstante, reclama un poco de perspectiva, y pone el ejemplo de los anticuerpos, un terreno donde han tenido que pasar cien años hasta conseguir resultados satisfactorios contra el cáncer. 'Falta un largo camino por recorrer', advierte.

Por su parte, García Olmo destaca el empleo de células madre en el campo de la cardiología, una de las especialidades donde más ensayos clínicos se están llevando a cabo para probar esta terapia, sobre todo en torno al infarto agudo de miocardio, si bien 'los beneficios son bastante limitados todavía'.

En este sentido, según indicaba recientemente el jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Francisco Fernández-Avilés, en pacientes con infarto agudo y crónico 'ya se sabe que las células madre adultas se pueden aplicar con seguridad y sin intervenciones quirúrgicas complejas', lo que ya se ha demostrado con 3.000 pacientes en todo el mundo. Sin embargo, falta todavía tiempo para que este tratamiento forme parte de la rutina clínica.

Otros especialistas que han conseguido utilizar las células madre adultas con bastante más éxito son los traumatólogos, sobre todo a la hora de abordar problemas como grandes fracturas o defectos cartilaginosos. En el caso de la necrosis de cadera, por ejemplo, 'las células procedentes de la médula ósea consiguen mejorías significativas sobre otros procedimientos, y algunas clínicas ofertan ya este tratamiento', señala el especialista de La Paz.

A su juicio, otra de las áreas de la medicina donde la terapia celular es ya una realidad tangible es la oftalmología, donde se están evitando trasplantes de córnea gracias al uso de células. 'En la córnea ya se está haciendo; ya hay datos consistentes de que a través de la inyección de células en la zona del limbo se consigue la regeneración corneal y se evita el trasplante', remarca García Olmo.

Otra patología donde hay grandes esperanzas es la diabetes, gracias al trasplante de células beta productoras de insulina, aunque hoy por hoy sigue siendo preferible administrar la hormona que sufrir los efectos de la inmunosupresión de por vida. También se trabaja en muchas otras enfermedades como la hemofilia, las patologías neurodegenerativas o incluso el tratamiento de fístulas rebeldes, donde ya se ha demostrado la efectividad de esta terapia.

Desde el otro lado de la barrera, el de los especialistas de trasplantes de órganos sólidos, se ve con cierto escepticismo la posibilidad de que las células sustituyan algún día a los trasplantes, pero se confía en los avances de la investigación. 'La ciencia avanza y es posible que se consiga, aunque será una realidad que quizá nosotros no veamos', indica el nefrólogo del Hospital Gregorio Marañón Fernando Anaya, que lleva 30 años haciendo trasplantes de riñón, un órgano cuya complejidad interna hace hoy muy difícil pensar en terapias celulares.

Por último, existe un obstáculo para el desarrollo de estas terapias que es ajeno a las vicisitudes de la investigación: la escasa rentabilidad actual de este tipo de medicina. Aunque en Estados Unidos se están creando empresas para sacar tajada de estos logros, los avances que harán atractivas económicamente estas terapias se conseguirán en su mayoría gracias al dinero público en forma de subvenciones.

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