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El corazón momificado de santa Rosa revela la causa de su muerte

Un divertículo en el corazón apunta a un posible síndrome de Cantrell

AINHOA IRIBERRI

El análisis biomolecular de su corazón momificado ha permitido averiguar las causas de la prematura muerte de santa Rosa (1234-1252), una virgen muy querida en la localidad italiana de Viterbo, en cuyo monasterio se conservan sus restos. Una reciente edición de The Lancet recoge el diagnóstico post mórtem de la santa: el síndrome de Cantrell. Esta dolencia implica defectos congénitos en el corazón que provocaron el embolismo cardiaco que finalmente mató a la joven Rosa, quien entró a formar parte de la orden de los franciscanos con sólo 10 años y provocó conflictos religiosos que hicieron que a los 15 años fuera expulsada de su pueblo.

Según explica a Público el autor principal del artículo de The Lancet, el antropólogo de la Universidad de G. D'Annunzio (Chieti, Italia) Ruggero D'Anastasio, la posibilidad de estudiar el cuerpo momificado de la santa llegó a su laboratorio en 1996. La Iglesia optó por este centro para mejorar la preservación de la momia, que presentaba algunos daños. 'La restauración del cuerpo nos dio la oportunidad de sacar fotografías y radiografías del cuerpo y del corazón, para lo que contamos con el permiso de la Iglesia, de la que santa Rosa es una de sus santas más veneradas'.

Los análisis se tuvieron que hacer en la iglesia con un aparato de rayos X portátil

Pero, más allá de las dificultades propias de una análisis de este tipo, este caso contó con algunas más. 'No fue posible traer la momia a nuestros laboratorios, por lo que la analizamos in situ, en la propia iglesia de Santa Rosa en Viterbo. Tuvimos que utilizar un aparato de rayos X portátil', señala D'Anastasio.

Los exámenes confirmaron algunas cosas que ya se conocían, como la edad de la muerte, pero mostraron la relevancia de otros datos, como la agenesia (falta de desarrollo) del esternón que presentaba el cuerpo. Aunque en la web del pueblo de Viterbo ya se habla de este peculiar rasgo de la joven, no se hace referencia al problema que podía haberlo causado, cuya resolución es, precisamente, la principal conclusión del equipo de investigadores italianos.

Para confirmar la sospecha de síndrome de Cantrell la ausencia de esternón es uno de los indicadores, los antropólogos examinaron cuidadosamente el corazón, que se conserva aparte. Así lo decidió Pietro Neri, el primer especialista al que le fue encomendada la restauración de la momia, en 1921, por encargo directo del Papa Benedicto XV.

Como relatan en la revista, se trata de un espécimen pequeño, que carece de las arterias grandes y de las venas pulmonares. Una radiografía y la inspección externa e interna con una lente especial y un estereomicroscopio mostraron un divertículo una especie de apéndice hueco en el ventrículo izquierdo, que provocaba que la punta del corazón fuera bífida.

Además, la radiografía de baja intensidad mostró una desviación hacia la derecha del tabique ventricular y la presencia de una masa, probablemente un trombo, entre la punta del ventrículo izquierdo y la entrada del divertículo. Este tipo de malformación es uno de los defectos cardiacos más descritos en el síndrome de Cantrell. D'Anastasio comenta que la santa mostraba, además, 'otras anomalías corporales asociadas a la dolencia, cuya supervivencia es variable, pero infrecuente'.

El primer especialista que la restauró ordenó que se conservara el corazón aparte

Hasta la fecha, se barajaba la posibilidad de que hubiera muerto de tuberculosis. Los análisis biomoleculares y paleopatológicos, sin embargo, demuestran que no muestra signos de infección crónica en vida.

La de santa Rosa, como la de muchos otros santos de la época, está envuelta en la leyenda. Expulsada de su pueblo por las autoridades, que la tacharon de peligro público, acudió a una localidad cercana a demostrar la falsedad de un supuesto mago venerado por su habitantes. La joven, que entonces contaba 16 años, mandó encender una hoguera en la plaza del pueblo y cuenta la leyenda que se mantuvo encima de ella sin sufrir ningún daño, lo que provocó la conversión del supuesto hechicero y de todos los habitantes del pueblo. Pero la resistencia al fuego le acompañó más allá de la tumba.

Según se relata en la web de su orden, los franciscanos, 'en 1357 ocurrió en Viterbo un gran milagro. Quedó reducida a cenizas la capilla que guardaba sus reliquias, y se quemó la caja que las contenía; el cuerpo santo sólo cambió un poco de color'.

Antes de este nuevo milagro, Rosa ya había sido canonizada, en un proceso también complicado. Aunque lo inició el Papa Inocencio IV nada más fallecer, murió antes de que pudiera culminarlo, en 1254. Hubo que esperar otros cuatro años para que se reanudara el procedimiento. Lo hizo el pontífice Alejandro IV tras una serie de visiones de la joven que le indujeron a ordenar la exhumación del cadáver que, dice la Iglesia, se encontró incorrupto. La influencia de santa Rosa de Viterbo va más allá de las fronteras italianas. Curiosamente, es patrona de varias localidades de otros países, entre ellas, el municipio español de Alcolea, en la provincia de Almería.

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