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El Gobierno ocultó una expedición científica para no irritar a Marruecos

El Ejecutivo escondió la campaña para ampliar 220.000 km² las fronteras submarinas al oeste de las Islas Canarias en pleno conflicto fronterizo en Melilla

MANUEL ANSEDE

El Gobierno ordenó un apagón informativo en torno a la ampliación de hasta 220.000 km2 de las fronteras submarinas de España al oeste de Canarias. En pleno acoso marroquí a la ciudad autónoma de Melilla, en agosto de 2010, el buque Hespérides zarpó para estudiar el fondo marino de la región y justificar la ampliación de la soberanía española ante la ONU. Los diplomáticos ordenaron entonces suspender la rueda de prensa de los científicos, cancelar los viajes de periodistas a bordo del barco y esconder a los medios de comunicación la existencia de la campaña científica, 'para no irritar a Marruecos', según varias fuentes de la expedición consultadas por Público.

Rabat podría reivindicar la extensión de sus fronteras submarinas en la costa del Sáhara Occidental, un territorio ocupado por Marruecos, aunque la ONU no reconoce la soberanía marroquí. Y los dos países también mantienen una disputa por las aguas entre Lanzarote y Fuerteventura y la costa de Marruecos, donde hay yacimientos de petróleo que hoy no son de nadie. La superficie reclamada por el Gobierno de Mohamed VI llega hasta 20 kilómetros de la costa de Lanzarote. 'Pero al oeste de Canarias no hay ningún tipo de conflicto, porque son aguas internacionales. Fue un error suspender la información. No somos piratas que vamos a ampliar las fronteras por la noche, es una investigación transparente', reconocen fuentes de la campaña.

La presentación de los primeros trabajos de investigación estaba prevista para la mañana del 17 de agosto, un día antes de la polémica visita del ex presidente José María Aznar a la frontera de Melilla, calificada por el ministro de Fomento, José Blanco, como 'una muestra de deslealtad al Gobierno de España'. Durante los días anteriores, grupos marroquíes organizados habían bloqueado el paso fronterizo de Beni-Enzar, provocando el desabastecimiento de algunos mercados de Melilla. Los activistas justificaron entonces las protestas por supuestas agresiones de la policía española a ciudadanos marroquíes.

El Gobierno reaccionó entonces escondiendo la campaña científica ante la 'perplejidad' de los participantes. Algunos de ellos califican la decisión de 'absurda'. La campaña de investigación, denominada Garoé, como un árbol mítico de los guanches, supondrá la mayor ampliación de la soberanía española sobre los fondos marinos, pudiendo alcanzar hasta los 220.000 kilómetros cuadrados, más de la mitad de la superficie peninsular española, según las primeras estimaciones.

Estos cálculos nunca se conocieron, ya que el Gobierno anuló la presentación de la campaña en Santa Cruz de La Palma. A los asistentes, el director del Instituto Español de Oceanografía, Eduardo Balguerías; la directora del Instituto Geológico y Minero de España, Rosa de Vidania, y el director del Instituto Hidrográfico de la Marina, Guillermo Moreu, se les comunicó el apagón informativo pocos días antes de la rueda de prensa, que nunca se produjo.

La expedición fantasma investigó durante agosto una región inexplorada de los fondos marinos canarios, a unos 5.000 metros de profundidad, para intentar demostrar que, geológicamente, el territorio de las islas se extiende más allá de las actuales 200 millas náuticas bajo soberanía española. Es como probar que los pies de una persona sumergida hasta la cintura en una bañera pertenecen a esa persona.

'No somos piratas que ampliamos las fronteras por la noche'

Los investigadores buscaban volcanes como el Teide, pero bajo el agua, para justificar que a una distancia de 350 millas de la costa el suelo marino tiene el mismo origen volcánico que el archipiélago y, por tanto, a ojos de la ONU se puede considerar patrimonio español.

Según algunos autores, las Islas Canarias comenzaron a formarse a partir de una pluma magmática hace 20 millones de años. Como si fuera una manga pastelera desplazándose de este a oeste, el magma fue formando las islas desde Lanzarote hasta El Hierro, la más joven, con menos de un millón de años. Los científicos buscan ahora ese punto caliente que se mueve hacia el oeste. Donde esté ese punto, eso es Canarias.

En el acto abortado por el Gobierno, los científicos pensaban anunciar el hallazgo de un pináculo submarino a 5.000 metros de profundidad, posiblemente formado por la actividad volcánica de esa manga pastelera de magma. La formación, al oeste de la isla de El Hierro, ha sido bautizada como Garoé y supone una confirmación de las tesis expansionistas españolas.

La campaña científica en las Islas Canarias estuvo a punto de irse a pique por el tijeretazo en los presupuestos de I+D para 2010, pese a ser una investigación estratégica que puede dar acceso a España a importantes yacimientos de gas y petróleo, o reservas de minerales como hierro, cobalto y níquel. Los investigadores también confían en que el hallazgo del punto caliente sirva para suministrar energía geotérmica, procedente del calor del interior de la Tierra, a las Islas Canarias. La cuarta parte de la energía en Islandia se obtiene con centrales geotérmicas.

Finalmente, representantes de los cuatro ministerios implicados Asuntos Exteriores, Ciencia, Medio Ambiente y Defensa desbloquearon la campaña en febrero. Según los científicos, España podrá cumplir los plazos y presentar su propuesta de ampliación de las fronteras submarinas a la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar antes de la fecha límite, el 11 de mayo de 2014.

Al este de Canarias, Rabat reivindica aguas hasta 20 kmde Lanzarote

La ONU ya ha concedido a España una ampliación de 78.000 kilómetros cuadrados en el mar Cantábrico, gracias a dos campañas oceanográficas que costaron 300.000 euros cada una. Cada kilómetro cuadrado capturado con argumentos científicos en las aguas internacionales le ha costado a España sólo 7,7 euros. Y la propuesta para ampliar la soberanía en más de 50.000 kilómetros cuadrados en las costas gallegas ya está presentada. Solo falta Canarias.

A la campaña Garoé, de la que oficialmente no se sabe nada, seguirán otras dos. En mayo de 2011, los científicos continuarán sus trabajos a bordo del buque Miguel Oliver, de Medio Ambiente. En esa segunda campaña, los investigadores navegarán sobre cinco volcanes submarinos ya localizados al suroeste del archipiélago e intentarán tomar muestras, a unos 4.000 metros de profundidad. Y en septiembre embarcarán en el Sarmiento de Gamboa, del Ministerio de Ciencia. El Hespérides empleado en agosto pertenece a Defensa.

En verano, la expedición cartografió las puntas de tres avalanchas submarinas de barro volcánico, de más de 500 kilómetros de longitud, que los científicos vinculan a erupciones en las islas o en sus aledaños submarinos. En la lengua conocida como Canaria, al noroeste de la isla de La Palma, en la denominada Sahariana, al suroeste de El Hierro, y en una tercera más al sur todavía sin nombre podrían estar las pruebas de que, geológicamente, el archipiélago canario se extiende bajo el mar hacia el oeste más allá de las 200 millas de soberanía española actuales. La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar permite ampliar las aguas territoriales hasta una distancia de 350 millas a la costa.

Fuentes de la expedición insisten en que Marruecos conoce de primera mano la actividad de España en aguas internacionales al oeste de Canarias. Miembros del equipo científico se reunieron en 2009 en Rabat con representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí para ofrecer detalles de la campaña. 'No hay ningún conflicto diplomático, en absoluto', subrayan.

La campaña de Canarias se enfrenta a otro escollo diplomático. Portugal ya ha presentado ante la ONU su propuesta para ampliar sus fronteras submarinas en torno a los archipiélagos de Las Azores y Madeira, y se solapa en decenas de kilómetros cuadrados con la que prepara España. La misión permanente de nuestro país ante la ONU envió a la secretaría general, en Nueva York, el 10 de junio de 2009 una carta pidiendo al organismo internacional que no tome ninguna decisión 'que perjudique los derechos españoles' en relación a la ampliación al oeste de Canarias. El Gobierno confía en solucionar de forma amistosa el reparto de esta zona de interferencia a partir de 2014.

Para los españoles, el modelo a seguir es la ampliación de la plataforma continental en el mar Cantábrico, que se llevó a cabo de forma conjunta con Irlanda, Francia y el Reino Unido. España pidió entonces 90.000 kilómetros cuadrados más allá de sus aguas. La ONU concedió 78.000, la tercera parte de lo que España pedirá al oeste del archipiélago canario.

350.000 km2 como objetivo total

España quiere lograr una ampliación de sus fronteras submarinas que alcance los 350.000 kilómetros cuadrados, una superficie similar al tamaño de Alemania.

220.000 km2 al oeste de Canarias

Antes de comenzar la campaña Garoé, los científicos calculaban que podrían argumentar ante la ONU una extensión de 200.000 kilómetros cuadrados al oeste de Canarias. Tras los trabajos de agosto, los investigadores creen posible una ampliación de hasta 220.000 kilómetros cuadrados.

78.000 km2 en el Cantábrico

El 24 de marzo de 2009, la ONU aprobó la extensión de las fronteras españolas sobre 78.000 kilómetros cuadrados de la plataforma continental en el mar Cantábrico. La campaña científica se llevó a cabo en el buque ‘Hespérides', de Defensa. En torno a Galicia, España propone ganar 50.000 kilómetros cuadrados. 

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