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De hippie a millonario

Steve Jobs quiso dedicarse a la informática desde los 12 años.

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Hijo adoptivo, Steve Jobs (San Francisco, 1955) vio su primer ordenador con 12 años, cuando aún se llamaban computadoras. Dicen que ya entonces supo a qué se quería dedicar. De hecho, en el verano de 1967, tuvo su primer trabajo en HP. Desde entonces y hasta su dimisión hoy, se ha convertido en una especie de mesías de la tecnología.

Jobs pasó su juventud en el norte de California, donde emergía la nueva industria. En 1974 se convirtió en un asiduo del Homebrew Computer Club, un lugar donde hackers de la primera ola mezclaban la espiritualidad con el destripamiento de ordenadores. Aquí fue donde su amistad con Steve Wozniak (el otro fundador de Apple) se fortaleció.

En ese tiempo, Jobs trabajó en la empresa de videojuegos Atari. Quiso ganar el suficiente dinero para viajar a India, el destino preferido de los posthippies, para hacer un viaje espiritual. De allí regresó budista. De esta época es su experiencia con el LSD. Uno de sus biógrafos cuenta que Jobs le dijo que había sido 'una de los dos o tres cosas más importantes que había hecho en su vida'.

Otra fue crear el primer Apple en 1976. En realidad, la creación habría que adjudicársela a su amigo Wozniak. Tras él, llegaron el Apple II y, ya en 1984, el primer Macintosh. Mucho más tarde, tras su regreso a Apple, ideó el iPod y también el iPhone y el iPad.

Sólo la enfermedad ha podido con él. En 2004, se sometió a la primera operación de su cáncer de páncreas. Desde entonces las bajas médicas han ido en aumento. Pero la complicación de su enfermedad (también le fue trasplantado el hígado) afectaba cada vez más a la empresa. A cada rumor, las acciones bajaban. Su tradicional elegancia en sus apariciones ha ido dando paso al dramatismo. La última, en marzo, mostró a un Jobs demacrado que, literalmente daba pena. De baja desde entonces, ha decido dar un paso atrás y abandonar los focos.

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