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Los maremotos pueden anunciar su llegada por cable

El tsunami de 2004 perturbó el voltaje en los hilos submarinos, lo que podría aplicarse como alerta

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Mañana del 26 de diciembre de 2004. Un sismo de magnitud 9,3 sacude el mar frente a la costa de Sumatra (Indonesia). Dos gigantescas olas surcaron el Índico hacia el oeste y el este. Unas 265.000 personas murieron. Ahora, un equipo de investigadores ha comprobado que aquel tsunami generó una corriente eléctrica que viajó por los cables submarinos casi a la velocidad de la luz, llegando a las costas mucho antes de que lo hicieran las inmensas olas que arrasaron el litoral.

En un estudio que aparece en la edición de febrero de la revista Earth, Planets and Space, un equipo de investigadores rusos, estadounidenses e indios se preguntan: ¿puede la medición del voltaje submarino detectar tsunamis? Según el modelo que han diseñado, la respuesta es afirmativa.

El voltaje del mar apenas varía 2 mV en condiciones normales

Gracias a la sal, el agua del mar es un magnífico conductor. Aunque el voltaje concreto en cada zona del globo depende de muchos factores (posición respecto al campo electromagnético de la Tierra, tormentas solares o ionización atmosférica, entre otros), las variaciones de voltaje en cada zona determinada son muy bajas. En condiciones normales, no van más allá de los 2 milivoltios (mV). Aquella mañana, la oscilación de la corriente eléctrica superó los 500 mV.

Los investigadores sostienen que esta brusca oscilación provocada por el maremoto presentó una periodicidad característica en las variaciones de voltaje observadas. El agua agitada interfirió entonces en el campo electromagnético alrededor de los cables de telecomunicaciones que había en el lecho del mar. El diferencial que fluía desde el centro del cable hasta el exterior viajó a lo largo de los cables submarinos como una corriente eléctrica secundaria, como si de un cable de la luz se tratara. Para este trabajo, los investigadores estudiaron los tres principales conductos de fibra óptica de la zona.

Como explica el profesor de la Universidad de Colorado (EEUU) y principal responsable del estudio, Manoj Nair, este ruido eléctrico de fondo depende de muchos elementos, como la longitud del cable o la corriente de origen no oceánico, lo que obliga a calcular un voltaje promedio en cada zona.

La oscilación de la corriente eléctrica en los cables superó los 500 mV tras el tsunami

Pero una vez establecida esa corriente normal, se podría recoger cualquier oscilación significativa con voltímetros desplegados en la cabecera de la red de fibra, convertidos entonces en sensores. 'La gran ventaja que ofrece es que el cambio en el voltaje viaja por el cable a una velocidad muy cercana a la de la luz', añade.

La gran ola de 2004 llegó en 15 minutos a Aceh, en el norte de la isla de Sumatra, y arrasó las costas de Tailandia y Sri Lanka (los otros dos países más afectados) dos horas después; tiempo suficiente para avisar a la población si hubiera existido un sistema de alertas de tsunamis.

Desde 2004, se está desplegando en el Índico una serie de sensores (ver gráfico). Nair no pretende sustituir esta red, lo suyo es sólo una simulación tecnológica. Pero su estudio sí aporta una alternativa que ya está desplegada. Además, el mapa de cables submarinos coincide con algunas de las zonas de mayor riesgo, como el Mediterráneo oriental, el océano Índico o el mar de China.

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