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Un misil contra el cáncer cargado con un gen letal

Un equipo de EEUU trabaja en una terapia contra uno de los tumores cerebrales más mortíferos

NUÑO DOMÍNGUEZ

Dentro del cerebro del senador Edward Kennedy se libra una batalla sin cuartel. Tras sufrir un ataque en mayo, sus médicos le encontraron uno de los tumores malignos más agresivos y mortales que se conocen. A pesar de que los tratamientos han mejorado en los últimos años, nadie ha encontrado aún la manera de curar el glioblastoma, el peor tipo de tumor cerebral. Ahora, un grupo de investigadores dice que la esperanza aguarda dentro de cada paciente.

El neurobiólogo de la Universidad de Harvard Khalid Shah ha desarrollado una especie de misil anticáncer a base de células madre humanas a las que se añade un agente capaz de destruir el glioblastoma. Su equipo ha demostrado en ratones que el tratamiento no sólo detiene el avance del cáncer, sino que también destruye parte del tumor y aumenta la esperanza de vida en torno a un 30%.

Las células madre tienden a acumularse donde hay lesiones

Rastreadoras de tumores

'La idea es tomar algo que ya está presente en los pacientes y usarlo como vehículo', explica Shah, cuyo trabajo se acaba de publicar en la edición digital de PNAS. El estudio aporta la prueba más completa hasta la fecha sobre el potencial de las células madre para transportar sustancias terapéuticas, señala Shah.

Las células madre saltaron a la fama por su capacidad de generar diferentes tejidos en el cuerpo humano. Pero estas células tienen también la virtud innata de desplazarse por dentro del cuerpo hasta los lugares donde hay alguna lesión, incluido el cáncer. Esto las convierte en una herramienta perfecta para buscar y destruir tumores difíciles de detectar. 'Simplemente inyectamos las células madre y dejamos que hagan lo que hacen por su propia naturaleza', explica Shawn Hingtgen, otro de los autores del estudio.

Los científicos las dotan de un gen que destruye sólo el tejido tumoral

Los tratamientos actuales incluyen una complicada cirugía para extirpar lo máximo posible del tumor sin causar daños cerebrales, pero nunca se consigue la erradicación. Además, las células cancerígenas se infiltran con rapidez por nuevas zonas del cerebro donde es difícil exterminarlas con los otros dos tratamientos habituales, la quimioterapia y la radiación. 'Cuando tratamos a pacientes con estos tumores sabemos que no podemos curarlos', explica Eric Wong, director de la unidad de neurooncología del Hospital Beth Israel, en Boston. 'Estamos librando una batalla perdida', señala. Dice que la esperanza de vida de estos pacientes es de un año y medio.

Shah usó células madre de médula ósea a las que introdujo un gen llamado TRAIL que destruye exclusivamente células cancerosas. Su equipo probó el tratamiento en ratones que sufrían glioblastoma humano. Los ratones inyectados con las células madre modificadas vivieron 72 días, 18 más que el grupo que recibió células sin carga anticáncer. Los ratones tratados tenían menos células tumorales y parte del cáncer se había destruido. 'Estamos matando el tumor', destaca Hingtgen.

Los investigadores piensan que sus células madre reforzadas podrían inyectarse en el cerebro tras la cirugía para rastrear el resto del cáncer y atajarlo a tiempo. 'Es un buen primer paso en la demostración de que estas células pueden asediar al glioblastoma y destruirlo sin dañar el resto del cerebro', opina Wong.

El médico advierte de que esta técnica tendrá aún que superar varios obstáculos, como el desarrollo de inmunidad y el potencial tumoral de las células madre. Contra lo primero, Shah ya prepara nuevas versiones más destructivas, cargadas con varios genes para golpear diferentes puntos vitales del tumor.

Con 46 años de servicio, Edward Kennedy, hermano de los difuntos John y Robert Kennedy, es uno de los senadores más veteranos de EEUU. Es famoso por su lucha para extender el sistema de salud público a todos los estadounidenses. Ahora, el senador por Massachusetts lucha contra un tumor en el cerebro que le diagnosticaron en mayo.

Kennedy sufre un glioma maligno, uno de los tumores más mortíferos. No se ha revelado si se trata de un glioblastoma, la forma más maligna con una esperanza de vida de año y medio, o de otra menos agresiva cuya media está entre tres y cinco años.

Desde el diagnóstico, Kennedy ha recibido numerosos homenajes. El último tuvo lugar el pasado domingo en Washington, cuando el presidente Barack Obama se unió al actor Bill Cosby y otros invitados para cantar el ‘Cumpleaños feliz’ al senador en su 77º aniversario.

 

 

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