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Mitad 'frikis', mitad genios

Entre las tribus que acuden a la Campus Party destaca la del ‘modding’. Hoy se fallan los premios a los ordenadores más originales y de formas más caprichosas

BLANCA SALVATIERRA

Andrés Rodríguez, ingeniero industrial de 35 años, tiene uno de los robots más llamativos de la Campus Party, pero no está sentado en el área de robótica, sino en la de modding, la reservada para los que modifican sus ordenadores para convertirlos en máquinas únicas. Rodríguez podría convertirse hoy en uno de los ganadores de los premios de modding que se fallan en Valencia. Tachikoma, en honor de la película nipona Ghost in the Shell, es un ordenador-robot arácnido que se maneja por radiocontrol. 

Tras dos años de trabajo, Rodríguez valora su máquina en unos 1.600 euros, sin contar su trabajo. Con el resto de los participantes tiene en común la inversión de tiempo y el esfuerzo, algo que no se puede medir con dinero y que algunos consideran la verdadera esencia de este arte.

Tachikoma no es un ordenador muy potente porque ha sido diseñado para el ahorro de energía. 'Aún así, puedo navegar perfectamente y usar los programas que necesito', señala Rodríguez. Su creación no funciona conectada a la red eléctrica, sino con dos baterías.

El ingeniero informático Álex Lebrero ha acudido este año a la Campus con un ordenador con forma de camión de bomberos construido en cinco meses. Valora su creación en unos 4.500 euros y es consciente de lo complicado que es encontrar algunas de las piezas de modding. 'Lo mejor es montarse uno mismo las piezas, aunque el metacrilato es muy caro', añade. Lebrero ha construido su ordenador comprando la carcasa de un camión de bomberos para radiocontrol, que después ha pintado. 'Los depósitos de agua para la refrigeración los he fabricado yo', muestra con orgullo. Anteriormente, Lebrero acudió a la Campus Party con mods (ordenadores modificados) que eran recreaciones de un coche Alfa Romeo y la Estrella de la Muerte de La Guerra de las Galaxias.

Ordenadores y algo más
Los visitantes se sorprenden y hacen fotografías sin parar al ver cómo Joan María Vidal, de 26 años, se sube encima de su ordenador, con forma de monopatín. Este jardinero de profesión trabajó en su monopatín desde el mes de septiembre pasado y lo terminó días antes de acudir a la Campus. Cuando se le pregunta si alguien que no ha estudiado informática puede realizar algo así, Vidal lo tiene claro: 'cualquier persona que quiere, puede'.

Vidal es uno de los asistentes patrocinados en la Campus Party. Tanto él, como el fabricante de herramientas de modding Dremel y Jesús López Porta, Chuskoi, que acude con una nave-ordenador patrocinada por Coolmod, se sienten afortunados por ello. 'El patrocinio te obliga a trabajar con materiales transparentes, porque los fabricantes quieren que se vean sus productos, pero el resultado final es más vistoso', aclara Porta.

Este valenciano de 47 años, que ha ido a la Campus con su hijo, rompe con el estereotipo del joven informático aficionado al modding. Lleva modificando ordenadores ocho años. 'Hacer un ordenador desde cero es una gran satisfacción; sabes que es algo único y exclusivo'. Sin contar mano de obra, Porta valora su máquina en unos 18.000 euros. Pertenece al clan especializado H2O, un foro al que acuden cientos de personas para pedir consejo sobre cómo modificar los ordenadores.

Tres años para una pirámide

Otro miembro de H2O es Luis Alberto Pachón, un técnico informático de 25 años que acude a la Campus con una pirámide llamada Marsil, en la que ha trabajado tres años. Es su primer mod y, y cuando se le pregunta el dinero que ha invertido en él, afirma que no quiere ni planteárselo porque todo ha salido de su bolsillo. Pachón también destaca la importancia de la comunidad: 'Es una afición creativa. Tienes que preguntar a otra gente para que te oriente dónde y cómo conseguir los materiales'. Sus padres le dijeron que estaba loco, 'pero cuando vieron el resultado les encantó'.

Otro de los clanes más conocidos de la Campus Party es el que forma Planet Express. Sus componentes se conocieron en la universidad y cada año presentan un mod distinto. Este vienen con varios ordenadores que representan los elementos de fuego, aire, agua y tierra; un proyecto denominado Intel Eco Mod en el que tiene gran importancia el diseño en 3D previo hecho con el ordenador. Andrés Gordillo, informático y miembro del clan, explica la importancia de los patrocinadores: 'En vez de gastar el dinero de nuestro bolsillo, un fabricante nos proporciona componentes'. Ganadores de varios premios, cuentan con orgullo que las creaciones que han presentado otros años siempre han quedado en los primeros puestos. 'El primer año pusimos 500 euros cada uno para el proyecto, pero después empezamos a buscar empresas patrocinadoras', añade.

Gordillo desmitifica el estereotipo de jóvenes obsesionados por la informática que se tiene sobre los aficionados al modding: 'Trabajo ocho horas al día, y después dedico tiempo a lo que me gusta pero no sólo hago esto', concluye.

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