Público
Público

La OMS da por finalizada la epidemia de ébola

La Organización declara a Liberia libre de la enfermedad y da por acabado el brote que afectó a África Occidental, aunque advierte del "alto riesgo" de nuevos brotes.

Trabajadores médicos llevan a James Dorbor, 8 años, porque sospechan que pueda tener ébola, a un centro de tratamiento en Monrovia, Liberia./ REUTERS (Daniel Berehulak)

EFE

MADRID. -La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el fin del brote de ébola que se prolongó durante dos años en África occidental, pero advirtió de que hay riesgos de que se vean más casos en los próximos meses.

"Todas las cadenas de transmisión (del virus) conocidas han sido detenidas en África occidental", dijo el director de Gestión de Emergencia y Respuesta Humanitaria de la organización, Rick Brennan.

Por primera vez desde que se detectó el primer caso de esta epidemia, en diciembre de 2013, todas las cadenas de contagio han quedado interrumpidas en los tres países afectados por la epidemia, que además de Liberia han sido Guinea-Conakri y Sierra Leona.

"Hoy es un buen día... felicitamos a los pueblos, gobiernos y al personal sanitario que hizo frente al mayor y más complejo brote de ébola que se haya visto y al que respondieron conjuntamente los países afectados y la comunidad internacional", dijo Brennan.

El anuncio se realizó al cumplirse los 42 días desde que la última persona infectada en Liberia dio negativo en dos ocasiones consecutivas al test que revela la presencia del virus en la sangre, lo que ha permitido declarar a este país libre de ébola.

Guinea-Conakri fue declarada libre de ébola el pasado 29 de diciembre y Sierra Leona, el 7 de noviembre.

Sin embargo, la OMS considera que "el trabajo no está terminado" porque los tres países "enfrentan un alto riesgo de pequeños brotes adicionales" de la grave enfermedad.

Más de 11.300 muertes

África Occidental ha logrado superar la epidemia de ébola más grave de la historia después de matar a 11.300 personas y condenar la vida de muchas más.

La tragedia se gestó a finales de 2013 en un pequeño pueblo de Guinea Conakry, donde un niño de dos años que jugaba con murciélagos alojados en un tronco hueco enfermó repentinamente y murió a los pocos días.

Siguiendo las tradiciones funerarias de la región, el pequeño Emile fue velado durante tres mañanas con caricias y besos de sus familiares y vecinos, lo que desencadenó la propagación de la enfermedad y le convirtió en el paciente cero.

Tres meses después, el Gobierno guineano informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que había detectado 80 contagios de ébola, 59 de ellos con resultado de muerte.

La mayor parte de los enfermos residía en zonas fronterizas con Sierra Leona y Liberia -países que terminarían siendo los más devastados por el virus- y Médicos Sin Fronteras alertó de que podría convertirse en una "epidemia sin precedentes".

Sin embargo, la OMS consideró que el brote estaba siguiendo los patrones establecidos, y que, si bien era una situación preocupante, distaba de ser extraordinaria.

Con una tasa de mortalidad del 90% y sin tratamiento ni vacuna conocida, los contagios y las muertes crecieron de forma exponencial en pocos meses.

El analfabetismo generalizado de la zona, donde la cebolla cruda y la fe son los métodos de curación más aceptados, fue un factor decisivo en la propagación.

En junio, el virus había matado a 518 personas en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria; en agosto a 1.779 y en septiembre a 2.461.

El ébola cruza el charco

La epidemia solo fue percibida como una amenaza real cuando cruzó los océanos para su inevitable desembarco en otros países, como Estados Unidos o España.

Su extrema peligrosidad vista desde cerca provocó la reacción de las potencias internacionales que comprometieron grandes partidas económicas y enviaron médicos apoyados por destacamentos militares.

Este despliegue, junto a la acción intensificada de la OMS -que finalmente admitió su error en los cálculos de la propagación- permitió afrontar una epidemia que ya había generado miles de pequeñas tragedias en forma de muerte y estigma. Porque hubo enfermos que lo superaron y que, al salir del hospital, chocaron con el miedo irracional de sus amigos y de sus propias familias.

"Perdí a mi marido. Se fue poco después de que me ingresaran y mis dos hijos estuvieron desatendidos muchos días en mi casa porque los vecinos no se atrevían a entrar", cuenta Siannie Beyan, una de las 4.000 personas que ha sobrevivido al contagio y que tuvo que buscar el anonimato en otra ciudad para poder rehacer su vida.

Además de personas, el virus también afectó a las economías, incluso a miles de kilómetros de distancia.

Según una previsión realizada por el Banco Mundial, el ébola ha costado 32.000 millones de dólares a la región y países como Kenia o Tanzania, que se encuentran a unos 5.300 kilómetros, vieron reducidas sus reservas turísticas en un 70%.

A pesar del fin de la epidemia declarado hoy, la OMS sospecha que podrían aparecer nuevos casos en los próximos meses (Liberia ya ha sido declarada libre de ébola en dos ocasiones), por lo que mantendrá equipos de vigilancia y respuesta rápida en esta zona del continente.

El gran reto de la región, donde actualmente hay desplegados 1.013 colaboradores de la organización, es la reforma de unos precarios sistemas sanitarios que apenas alcanzan para tratar enfermedades comunes.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?