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La pantalla del ordenador no acabará con los libros

Un estudio sostiene que la literatura requiere un grado de atención que sólo se consigue con el papel

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Leer El Quijote en el ordenador no es imposible, pero sí es improbable que el lector logre disfrutar de la experiencia. Una investigación del Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega mantiene que el formato digital y las pantallas de PC en particular influyen en la forma de leer una obra literaria hasta el punto de impedir la inmersión que sí se consigue con los libros.

Existen varios estudios que demuestran que no se lee de la misma forma ante el ordenador que en papel, pero no se conocían la profundidad de las diferencias y su relación con el contenido de la obra. La autora del estudio, Anne Mangen, destaca la importancia de la intangibilidad del soporte digital. La separación del texto de su soporte físico lleva a una lectura superficial. 'Este modo de leer viene mejor para unos propósitos, como consultar los horarios del tren o leer periódicos, que otros, como una novela o un complejo ensayo filosófico', explica.

Esto se debe, en primer lugar, a la ausencia de lo físico. El hecho de pasar las páginas de papel influye en la lectura. En un trabajo previo, realizado por Thierry Morineau y Caroline Blanche y publicado en el International Journal of Human-Computer Studies, se sometió a dos grupos de personas a la lectura de textos tanto en papel como en libro electrónico.

Buscaban medir grados de comprensión, incluyendo una puntuación del sentido del humor del contenido, y de memoria. Su conclusión fue que los lectores comprendían más información y en menor tiempo ante el papel que ante el lector electrónico. En cuanto el humor, había una correlación entre la puntuación y el soporte del texto.

La razón es, según Mangen, porque toda lectura es multisensorial. Ante un libro, las manos y los dedos son también importantes. Es lo que se conoce como percepción háptica, la participación de todos los sentidos en la captación de los estímulos del exterior. Mientras, la pantalla anima a una lectura tangencial. Como explica Mangen, 'es una forma de leer tipo escáner, por encima, superficial'.

Mangen sí cree, en todo caso, que sería más fácil leer El Código da Vinci que El Quijote en un ordenador. 'Obras como la de Dan Brown u otras que se leen del tirón, donde hay poca resistencia al lenguaje, son más fáciles que las novelas mas complejas, que requieren un mayo grado de concentración'.

En esto, Mangen coincide con anteriores estudios en el campo de la psicología cognitiva. 'Contrariamente a lo que se pueda pensar, cuanto más exigente es una tarea cognitiva, como leer una novela experimental, menos capaces somos de resistirnos a las distracciones', añade.

Guardando las distancias, esto explicaría el éxito de la lectura de periódicos on-line. 'Leer prensa es un proceso no lineal consistente en saltar de una noticia a otra, escaneando los titulares y ojeando los destacados. La tecnología digital, con su hipertexto, se lleva muy bien con este leer aquí y allá', dice Mangen.

¿Serían entonces los formatos digitales perjudiciales en la escuela? La autora del estudio responde con mucha cautela. Cree que para saberlo, antes habría que definir de qué formato se está hablando y qué se quiere enseñar o cómo. 'Con todo, entre muchos investigadores hay una tendencia a quedar fascinados de forma acrítica con las innovaciones tecnológicas que dejan en el aire cuestiones sobre si pueden tener consecuencias negativas para la enseñanza a corto plazo y, lo que es más importante, a largo plazo'.

El éxito de los e-books

La tienda Amazon , fabricante del Kindle, no sólo ha vendido un cuarto de millón de aparatos. Durante 2008, el 10% de los ejemplares vendidos por la que es la librería más importante del mundo fueron en formato digital.

Salvando periódicos

El diario francés ‘Les Echos' se puede leer en un lector electrónico desde 2007. Ya el año pasado, otros siete diarios galos iniciaron pruebas con el iLiad. En EEUU, 28 cabeceras usan el Kindle.

Una amenaza relativa

La autora del estudio cree que los lectores electrónicos sí pueden ser una amenaza para los libros tradicionales. Los ‘best-seller', por su fácil lectura, son los más amenazados.  

 

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