Espinete, Caponata, el Monstruo de las Galletas y muchas otras marionetas hoy tienen dentro una sensación extraña que no tiene nada que ver con su manipulador. Kermit Love, el hombre que tan fundamentalmente contribuyó en su desarrollo, falleció el pasado día 21 a causa de un fallo cardíaco.

Love fue un prolífico diseñador de vestuario en Broadway, dónde trabajó desde sus inicios en la década de los 30. Destacó especialmente en la década de los 60, cuando ya colaboraba con algunos de los mejores coreógrafos de la época. Ya entonces coqueteaba con el mundo de las marionetas y no lo hacía con timidez: creó una marioneta de unos ocho metros y medio para un montaje de Don Quijote de 1965. 

También fue en esa década cuando conoció al hombre que cambiaría su vida: Jim Henson, el creador de los teleñecos. En 1969 participaría en la creación de su personaje más famoso en todo el mundo: Big Bird, nuestra gallina Caponata. Su función en este personaje fue la de añadir al traje las características plumas que le daban al traje una aspecto mucho más natural.

Aunque colaboró ocasionalmente con El show de los teleñecos y algunas de sus producciones cinematográficas, el reino de Love era Barrio Sésamo. Diseñó no sólo las marionetas, sino incluso la forma de hacer las marionetas, usando gomaespuma reticulada para tallarlas en lugar del tradicional látex.

Como responsable de los personajes de Barrio Sésamo, Televisión Española le pidió un sustituto para esa Caponata que no acababa de cuajar. Love, saturado por las distintas producciones internacionales del programa, cogió el traje de un puercoespín rosa que se había quedado sin uso al fracasar el proyecto del programa para Israel y lo envió a Madrid. El que llegó a Madrid fue Espinete.

Love no sólo colaboró con la factoría Henson. Suyo es el célebre osito de Mimosín y los muñecos del programa de Gomaespuma en Telecinco a principios de los 90.