Estribillos pegadizos y canciones sencillas, con mensajes reivindicativos y descaradamente optimistas. No, no es Bob Marley, ni tampoco hablamos Manu Chao. Se trata de Macaco, grupo nacido en Barcelona hace ya diez años bajo la batuta indiscutible de Dani Carbonell, un veterano de la escena barcelonesa. El grupo publica mañana Puerto Presente, su quinto trabajo discográfico, donde la marca de la casa se mantiene intacta: fusión de rap, rumba, funky y reggae. Desde que publicaran en 1999 El mono en el ojo del tigre, los de Carbonell no han parado quietos. Tampoco en su vena activista: si antes protestaron en contra de la ley de Extranjería, esta vez toca turno al medio ambiente.

En el vídeo de Moving aparecen Javier Bardem, Luis Tosar y Rosario, entre otros, para celebrar el día de la Tierra. ¿Qué pretenden?

A Bardem me lo encontré un día en un restaurante de Barcelona y nos quedamos dos horas hablando. Todos han colaborado desinteresadamente para dar un mensaje a favor de la conservación del planeta.

Hay quien le acusa de panfletario, ¿qué se siente?

Ojo, que yo no voy de revolucionario. Pero cuando eres popular tu imagen ya no te pertenece, y entonces aparecen los prejuicios. 'La única revolución es una buena canción', decía John Lennon. Si mi carrera ha crecido ha sido por las canciones, por el boca a boca. Ya sabes, son como gotas que forman olas que hacen mares.

A propósito, este disco tiene un aire muy mediterráneo...

Es un disco portuario. Son todo experiencias vitales. Hay romances marineros, y mucha reivindicación del presente y de lo diminuto. Yo llevo vida del nómada. Voy buscando tierra firme, pero nunca soy capaz de encontrarla.

Formó parte de Ojos de Brujo. Hoy, muchos se apuntan a lo mestizo...

Caetano Veloso se reía cuando le hablaban del tropicalismo. Yo no siento que forme parte de nada, no sé si hay una escena o no. Multiculturalidad sí, etiquetas no. Mira, esto no es United Colours of Benetton. Obviamente, tengo mis referencias: Bob Marley, Mano Negra, Gato Pérez...

Siempre se acaba citando a Mano Negra.

Sí, pero antes estaban Pata Negra, Radio Futura, o Mártires del Compás, con su flamenquito y funky, rumba, bulería...

Ahora, con la crisis, ¿hay más problemas para tocar en directo?

Bolos no me faltan, tengo la agenda llena. No me paran de llamar para conciertos. La gente está deseando salir a la calle a ver conciertos. Los festivales que tienen las cosas claras acaban funcionando. En cualquier caso, hay que saber adaptarse. Si no hubiese bolos, pues a tocar a la calle.

¿Tocar en la calle?

Sí. Los momentos más felices de mi vida ocurrieron cuando tocaba en la calle, en el metro. Era un medio para sobrevivir, daba dinero para vivir y podía hacer lo que me gusta. Era más feliz. Quiero pensar que esa frescura sigue en mí.