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Relatos bajo los colores de la República

Vuelve a las librerías Cuentos republicanos del escritor Francisco García Pavón

PEIO H. RIAÑO

Hubo un detective privado que se dedicó a investigar en Tomelloso. Plinio, el singular agente, protagonizó varias intrigas policíacas que fue escribiendo Francisco García Pavón (19419-1989), mezcladas con humor costumbrista y ataques a la moral imperante. Con una de esas novelas, Las hermanas Coloradas (1969), en la que trató la ocultación de un perseguido en la posguerra, ganó el Premio Nadal. En la misma fecha la crítica decidió que El rapto de las Sabinas fue el mejor libro. Pero García Pavón también escribía cuentos. Y republicanos.

'Posiblemente han sido éstos mis cuentos más celebrados por la crítica y acogidos por autores de antologías y traductores', reconocía el autor en Mis páginas preferidas (Gredos, 1983) cuando se refería a Cuentos republicanos (1961), que ahora recupera con acierto la editorial Menoscuarto. Como él mismo reconocía, son la segunda parte de Cuentos de mamá (1952), porque revisan la infancia y adolescencia de su autor, en clave de relato costumbrista. El libro es una crónica del país durante la República, hasta las puertas de la sublevación del ejército rebelde.

El escritor aclara que no hay intenciones políticas en este título escogido y reconoce casi una mera coincidencia generacional. Pero la verdad es que debajo de toda esa supuesta ingenuidad con la que García Pavón repasa los acontecimientos de su vida, deja entrever un panorama social en el que ya hay dos Españas, en el que se vive con esperanza y con cuidado la democracia republicana, en el que la ranciedad católica arrastra al país por los derroteros más inmorales y la amenaza de los militares estremece a la familia del escritor. Sobre todo a ese abuelo que con tanto mimo trata el régimen en el que confía.

Bajo un fuerte componente costumbrista, la reivindicación de la cultura republicana aparece camuflada entre estampas optimistas, descripciones idealistas, tramos de puro esperpento y ramalazos de ironía a secas.

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