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Goku, El Conquistador

El manga 'Bola de Dragón' cumple 25 años y da el salto al cine. Esta serie empujó a España hacia la animación y el cómic japoneses en la década de los noventa

REBECA FERNÁNDEZ

Son Goku llegó a las tiendas de cómic españolas en los noventa porque unos japoneses no sabían hablar inglés. Durante seis meses, la editorial japonesa Shueisha estuvo recibiendo semanalmente mails en un idioma que desconocía. Ante la insistencia de un interlocutor tan enigmático y decidido, los trabajadores de esta editorial tuvieron curiosidad y cruzaron el rellano de su edificio hasta el piso de enfrente, donde había una agencia literaria. Afortunadamente, allí sí había alguien que hablaba inglés y que descifró el misterio de los mails.

El remitente de esos correos era la editorial Planeta de Agostini, que había decidido superar la supremacía de Marvel para adentrarse en nuevos géneros y había fijado su mirada en el mercado oriental. Gracias a la intervención de unos vecinos educados y colaboradores, Shueisha y Planeta iniciaron las negociaciones para publicar en España Bola de Dragón, uno de los mangas que más ha contribuido a la difusión de la producción japonesa en nuestro país.

'Todo aquello fue kafkiano', recuerda Juanjo Sarto, que a principios de los noventa era redactor jefe de Planeta de Agostini y, posteriormente, editor de manga. Esta anécdota culminó en mayo de 1992 con la publicación del primer número del manga creado por Akira Toriyama, que se editó en Japón originalmente entre 1984 y 1995.

A lo largo de esos años, los lectores se encariñaron con las aventuras de Son Goku y sus amigos, como Bulma o Krilin, siguieron la búsqueda de las siete bolas, disfrutaron con los combates y también odiaron a la sucesión interminable de malvados, algunos de los cuales acabaron pasándose al bando de los buenos, como el verdoso Piccolo. Ahora da un salto más. A partir de este miércoles sus personajes se convierten en actores de carne y hueso en el filme Dragonball Evolution (James Wong, 2009).

'Al principio, en España, vendíamos unos 120.000 ejemplares a la semana de la Serie blanca [primera parte de la colección], que, por primera vez en la historia del tebeo español, se publicaba en castellano y catalán', precisa Sarto.

Este gran recibimiento venía precedido por el éxito que TV3 había logrado con la emisión de la serie Bola de Drac, la adaptación del manga a serie de animación (anime), que emitió a partir de 1989. 'En TV3 abrimos la puerta al anime en la tele en España', afirma con rotundidad Jordi Serra, actual director de programas de esta cadena, en la que ya trabajaba cuando comenzó a emitirse la serie de dibujos. 'Nosotros miramos a Japón como alternativa para buscar productos exclusivos y baratos', reconoce Serra, quien detalla que esta apuesta arriesgada no era una muestra de 'modernidad', sino una 'cuestión de mercado'.

Con la emisión de esta serie, TV3 tuvo que hacer frente a quejas y críticas por el contenido de algunas escenas, tal y como recuerda Serra: 'Algunas asociaciones de padres decían que tenía mucha violencia'. Sin embargo, a su juicio, se trataba de una violencia 'tan ficcionada' que no consideraron que fuera a tener 'una repercusión negativa sobre la infancia'. En cualquier caso, Serra reconoce que buscaban una producción 'transgresora' para atraer a un público preadolescente que ya rechazaba los cuentos de Disney.

El fenómeno de Bola de Drac se fue extendiendo para atraer no sólo a un público juvenil y, en opinión de Sarto, se llegó a generar un auténtico 'síndrome de abstinencia' entre los seguidores, porque al principio no había otros productos relacionados con la serie, como muñecos o libros, que pudiesen adquirir. 'Los niños se grababan los capítulos en vídeo, detenían la imagen y calcaban la escena de la pantalla de la tele', explica.

En ese momento, la aparición del manga vino a redondear un fenómeno que se convirtió en un 'huracán'. 'Devorábamos todo lo referente a Bola de Dragón', reconoce Ignasi Estapé, actual editor de manga de Planeta de Agostini Cómics y seguidor de la saga. En su opinión, esta historia exalta valores como la amistad, la fidelidad y el afán de superación, y su éxito reside en que arrastra a todo tipo de públicos y logra 'regenerar el interés de la gente con el paso del tiempo'. Un ejemplo de ello son, según Estapé, 'las continuas reposiciones que ha tenido la serie y el manga, y el crecimiento hacia otras industrias del ocio como los videojuegos'. 'Simplemente crea tendencia', resume.

En este punto, Estapé coincide con Manuel, dependiente de la tienda madrileña de cómics Crisis, quien destaca que los seguidores de la obra de Toriyama crecieron junto a Son Goku. 'Es una de las obras angulares del manga y siempre lo tenemos en la tienda, además de muñecos y camisetas, porque se sigue demandando', señala.

Pero la repercusión de Bola de Dragón va más allá de las cifras de ventas o de las audiencias. Esta historia supuso un punto de inflexión en la expansión del manga y el anime en España. 'El interés que generó la serie fue el gran detonante para que hoy el manga sea uno de los referentes en la industria del cómic', opina Estapé.

Por su parte, Sarto considera que Bola de Dragón forma parte de un conjunto de series, como Heidi, Marco, o Mazinger Z, con las que el público se aficionó a la animación japonesa. 'Bola de Dragón entra en el terreno de los clásicos en Occidente, porque lo que pasó aquí también sucedió en Francia o en Italia', afirma.

Además, Sarto va más lejos al indicar que, a principios de los noventa, la industria del cómic no pasaba un buen momento y el fenómeno manga 'no sólo supuso una entrada de forma masiva de seguidores, sino una entrada masiva de lectoras'. Ese rejuvenecimiento del tebeo ha evolucionado de tal forma que, a su juicio, ahora el manga se ha consolidado ya como 'la corriente más viva del tebeo, desde el punto de vista comercial, a larga distancia del resto de los géneros'. ¿La razón de su éxito?: 'El manga trabaja con sentimientos primarios y es muy próximo al lector'.

En papel, en la tele, con la coletilla de Z o GT. Sea como sea, la historia de Son Goku mantiene una audiencia fiel y que aún hoy es capaz de sintonizar la tele a las 8.00 horas para disfrutar de la aventura. Después de 25 años de andanzas, el Son Goku de carne y hueso se enfrenta ahora con una película al desafío de no decepcionar a su ejército de fieles. Un reto difícil para un filme infantil que reinterpreta la historia con más visión comercial que respetuosa con la esencia de la obra de Akira Toriyama.

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