El futuro ya está aquí. Y tiene un aspecto apocalíptico por culpa de un español. Adolfo Martínez, nacido por casualidad en Pittsburgh hace 42 años, es una de las piezas claves de Terminator Salvation, cuarta parte de la saga. El estreno está previsto para el próximo 22 de mayo, pero para conocer los orígenes de esta historia futurista hay que viajar hasta 1984.

Adolfo Martínez vio el primer Terminator (James Cameron) cuando tenía 17 años. 'Tengo un recuerdo difuso. Aunque en mis memorias juveniles está situada junto a títulos potentes de los ochenta como Blade Runner (Ridley Scott, 1982)', cuenta por teléfono desde Los Ángeles.

'En realidad, me impactó más Terminator 2. El juicio final (James Cameron, 1991), ya que revolucionó el mundo de los efectos especiales y la ciencia ficción', explica. 'La tecnología tiene un aspecto crucial en la saga, pero no olvidemos que mucho antes de que se encienda el primer ordenador hay un señor trabajando en una mesa con un lápiz y un papel', recuerda. Y ese señor, claro, es él. Primero se encargó de elaborar el storyboard (guión dibujado con los futuros planos del filme) y luego dirigió una de las segundas unidades durante el rodaje dirigido por Joseph McGinty Nichol.

'Hay muchas diferencias respecto a los títulos anteriores', cuenta. 'Terminator Salvation es el primer filme de la serie que transcurre en el futuro en un apocalíptico año 2018, en los albores del día del Juicio Final y no en el presente', explica sobre una saga que arrancó con la historia del Terminator 800, un androide, interpretado por Arnold Schwarzenegger, que venía del futuro para matar a la futura madre de un hombre (John Connor) destinado a acabar con la dictadura de las máquinas.

Pero como Arnold Schwarzenegger no pudo culminar su misión (¡menudo perdedor!), Connor, interpretado ahora por Christian Bale, crece y llega al futuro para acabar con la tiranía de los Terminator sobre los humanos. Así, entre las novedades robóticas contra las que tendrá que pelear Connor en Terminator Salvation está el cyborg Serena Kogen (interpretado, ojo al dato, por Helena Bonham Carter).

Además, como no podía ser menos, también habrá sitio para el T-800. Pese a que Schwarzenegger ha renunciado al rol por estar demasiado atareado interpretando el papel de gobernador de California, los creadores del nuevo Terminator se han encargado de contar con Arnold... sin que él lo sepa. O algo así.

El nuevo T-800 será, según las malas lenguas, Roland Kickinger, un culturista austriaco (¿les suena?) que debutó en el cine haciendo de, ay, Schwarzenegger, en el biopic See Arnold Run (James Rogers, 2005). Al cierre de esta edición se desconocía si Kickinger acabará gobernando California en un futuro.

Según explica Martínez, 'el salto hacia el futuro nos ha permitido liberarnos de toda la mitología previa, así que hemos tenido total libertad para crear un universo nuevo'. Curiosamente, este comentario serviría también para explicar los últimos movimientos en la industria del cine español. Martínez, que ha trabajado en películas como Alien: Resurrection (Jean-Pierre Jeune, 1997) está gratamente sorprendido con la oleada de jóvenes directores españoles de género fichados recientemente por Hollywood, una industria 'pendiente siempre de los nuevos talentos', dice.

En efecto, la nueva generación, encabezada por cineastas como Luis Berdejo o Gonzalo López Gallego, ha roto con la figura canónica del director español especializado en costumbrismo patrio que chapurrea inglés. Los tiempos están cambiando.

'Cuando estaba en la facultad, en los ochenta, nadie intentaba en serio ser director. ¡Y mucho menos viajar a Hollywood! Teníamos mentalidad de clase media: casarte y tener hijos eran dos objetivos irrenunciables', cuenta irónico. 'Pero ahora todo es posible. Con todo, estaría bien que acabaran volviendo a España para trabajar y subir así el nivel. Espero que no sea una fuga de cerebros', zanja.