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Otra bofetada para Calatrava

'The New YorkTimes' califica el proyecto del arquitecto para la zona cero como un 'monumento al ego'

YERAY CALVO

'Un monumento al ego creativo de Mr. Calatrava'. De este modo tan contundente califica The New York Times el proyecto del arquitecto valenciano para la zona cero de Nueva York. Un intercambiador construido en el mismo 'corazón de Nueva York', como explicaba el propio  Santiago Calatrava, el día de su presentación. Un proyecto, en el que además de la importancia que se presupone a una obra de tal envergadura, hay condensados grandes sentimientos tras los atentados del 11-S. Un proyecto difícil en todas sus dimensiones. Calatrava no podía pasar desapercibido.

De entre todas las críticas al proyecto, el diario destaca la poca funcionalidad de su estructura, donde se superpone 'la extravagancia' y 'la incongruencia' de su arquitectura. Es decir un infraestructura poco útil y con demasiados adornos. En una de las afirmaciones más contundentes, The New York Times reflexiona sobre lo que puede suponer 'el testimonio de nuestra incapacidad para dejar de lado nuestros propios intereses ante una de las mayores tragedias de América'.

A continuación, el periódico pasa a detallar de forma minuciosa todos los aspectos que considera cuestionables, en una obra de costes millonarios (el periódico la cuantifica en 3. 200 millones de dólares), que ha sufrido numerosos retrasos  y por la que pasarán millones de viajeros.El intercambiador es, en palabras de su creador, 'uno de los mayores retos' a los que se ha enfrentado, sobre todo a nivel técnico. Además, el proyecto ha sufrido numerosos retrasos debido a los requerimientos y las circunstancias en las que se ha encontrado la zona cero tras el atentado, con continuas obras. También era un inconveniente el hecho de que se construyera por debajo del nivel del mar.

La polémica siempre ha ido ligada de manera muy estrecha a los diseños de Calatrava, que no ha despertado precisamente simpatía allá por donde ha dejado su huella. Sin salir de nuestras fronteras, en Bilbao, el artista construyó en 1997 el puente Zubi Zuri, en el que los paseantes se resbalan cuando llovía. Pese a las críticas y después de que el Ayuntamiento de Bilbao modificara su obra, Calatrava demandó al consistorio y ganó, con lo que tuvo que ser indemnizado con 30.000 euros.

Otro de los episodios polémicos protagonizados por el valenciano fue con la construcción que proyectó para cruzar el Gran Canal de Venecia. Las autoridades locales decidieron suspender la inauguración oficial de la infraestructura después de que algunos sectores amenazaran con boicotear el acto. Calatrava se mostró 'muy disgustado ' por lo acontecido. El hecho era que algunos partidos derechistas estaban cabreados, principalmente, por el elevado coste de la construcción respecto al presupuesto inicial, que pasó de 4,7 millones a 20 millones de euros.

Para colmo, Calatrava tampoco es profeta en su tierra. El creador de la Ciudad de las Ciencias, ha sido duramente criticado por sus diseños en Valencia. Uno de los últimos en hacerlo públicamente fue el diseñador Mariscal, que utilizó la expresión 'caos absoluto y bestial' para representar el urbanismo valenciano y las 'animaladas que hace en la ciudad' el arquitecto. 'Habrá quien diga que es el arquitecto más guay del mundo ; igual aquí sí, pero en otros pueblos no', concluyó.

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