La aplicación del código de buenas prácticas impulsado por el anterior equipo ministerial puede convertirse en el primer dilema interno para el gobierno de Ángeles González-Sinde. La ministra sorprendió ayer al señalar que no descarta mantener a Nacho Duato al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND). Una decisión que, de producirse, contravendría el código de buenas prácticas creado por su antecesor en el cargo, César Antonio Molina.

En una línea ligeramente divergente se expresó el nuevo director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Félix Palomero, al asegurar que 'habrá continuidad' con el anterior equipo ministerial y con el código de buenas prácticas.

'Hay una normativa que está publicada y vamos a valorarla. Procede de un deseo y de un programa electoral de crear unas normas de aplicación', recordó Palomero, que tomó posesión de su cargo ayer en sustitición de Juan Carlos Marset, junto a la nueva subsecretaria de Cultura, Mercedes del Palacio, que sustituye a Dolores Carrión.

El pasado mes de abril Marset acusó a Duato de 'hacerse el remolón' al no acudir a cuatro reuniones con el INAEM para abordar el tema de su relevo. 'Este Ministerio debe depender de reglas y no de decisiones personales', lamentó entonces Marset. El coreógrafo ha confirmado su continuidad hasta mitad de 2010, cuando se cumplirán 20 años de su llegada al cargo. Su sucesión debería resolverse el próximo octubre, previa publicación en el BOE de un decreto que convoque las plazas.

El estreno de Palomero al frente del INAEM coincidió con la presentación del Programa de Apoyo a la Danza Clásica, que, impulsado por los Ministerios de Cultura y Educación, el Ayuntamiento de Fuenlabrada y la Universidad Rey Juan Carlos, destinará 60.000 euros a diez estudiantes menores de 23 años y 160.000 a una producción que tendrá 12 representaciones anuales en distintos teatros de Fuenlabrada.

El director del INAEM se refirió al proyecto como 'un ejemplo de lo que debe ser la política cultural, cuyo futuro pasa necesariamente por el ámbito local'.

Rojo defendió el proyecto como 'necesario para dar ese paso intermedio entre la formación y el convertirse en un profesional. Un paso que no está tan claro en nuestro país. Espero que mucha gente joven pueda beneficiarse y que sea un primer impulso para que después puedan elegir'. Una esperanza que se entiende mejor tras analizar su propio éxito, que le llegó del reconocimiento unánime en países como Reino Unido y Francia.

A propósito de esta fuga de talentos, Félix Palomero huyó del victimismo: 'No hay que verlo como un exilio. Son experiencias que aportan perspectiva. Este Gobierno ha apostado por la cultura y está llenando las lagunas'. Una de ellas la señaló Rojo: 'Aquí no existe una compañía nacional de danza que dé oferta de futuro'.